Tratamiento del suelo por radiación con microondas para una agricultura más sostenible
En la agricultura se aplican varios métodos para eliminar plagas, patógenos, malas hierbas y gusanos existentes en el suelo. Uno de los procedimientos más efectivos, económicos y sencillos de realizar es la fumigación (aplicar un vapor tóxico) con bromuro de metilo.Por desgracia, hace unos veinte años se descubrió que este compuesto era culpable en gran medida de la reducción de la capa de ozono, por lo que se prohibió en la UE. Trabajos recientes se han centrado en el tratamiento del suelo por radiación con microondas en un rango de frecuencias de entre 950 y 2 450 megahercios (MHz), si bien las prestaciones en cuanto a eficiencia energética de la mayoría de los sistemas relacionados han sido decepcionantes. Los investigadores del proyecto europeo MICRODIS («Sistema de microondas contra la infestación del suelo como alternativa al bromuro de metilo») pretendían crear un sistema eficaz de fumigación empleando maquinaria agrícola convencional para la extracción de tierra y una cavidad cerrada para fumigación, de manera tal que se consigue de inmediato que dicha tierra sea apta para el cultivo.Aparte de la eficiencia energética, los objetivos específicos del proyecto eran la reducción de costes, la facilidad de manejo, la seguridad para los operarios y el medio ambiente, y la erradicación de efectos nocivos sobre los nutrientes y la materia orgánica vital para el crecimiento del cultivo. Así, el equipo de MICRODIS creó una máquina extractora de tierra tras modificar maquinaria ya existente y también un sistema de colocación de tierra con el que devolver la tierra tratada al huerto o invernadero correspondiente. Se creó también un sistema de fumigación con microondas capaz de tratar entre 3 y 4 toneladas de tierra por hora con un consumo energético de 20 kilovatios (Kw), lo cual equivale a 5 veces la energía consumida en ese mismo lapso por una secadora eléctrica de ropa. Se espera que la comercialización del sistema de MICRODIS promueva la aplicación de prácticas sostenibles en la agricultura, refuerce la competitividad del sector agrícola y proteja tanto el medio ambiente como la salud del consumidor.