La movilidad de los ciudadanos mayores
En las décadas venideras, la proporción de personas mayores de sesenta y cinco años aumentará casi un treinta por ciento, mientras que la población mayor de ochenta años se incrementará un doce por ciento. Las personas de edad avanzada presentan ciertos requisitos que deberán tenerse en cuenta y planificarse con vistas a conformar el sistema de transportes del futuro. Algunas de las opciones posibles pasan por mejorar la integración entre los distintos modos de transporte, la concesión de permisos especiales y la promoción de los desplazamientos a pie y en bicicleta. El proyecto financiado con fondos europeos «Growing older, staying mobile: The transport needs of an ageing society» (GOAL) estuvo en marcha dos años y finalizó en septiembre de 2013. Su cometido era sintetizar los conocimientos disponibles y definir las lagunas por cuanto a investigación se refiere, para confeccionar a continuación un plan de actuación que abordase las necesidades de transporte de la población de edad avanzada. Los investigadores participantes describieron cinco grupos muy distintos dentro de la tercera edad contemporánea, tomando en consideración su estado de salud, la «conectividad social» y la actividad. Cada uno de estos colectivos presenta distintas necesidades de transporte y aspectos relevantes en cuanto a conducción, transporte público, uso de bicicletas y desplazamientos a pie. Después de mantener conversaciones con especialistas en la materia, el equipo de GOAL realizó proyecciones sobre las distintas evoluciones de estos cinco grupos de ahora a 2030 y 2050. Una conclusión fue que el uso del automóvil es la opción de transporte preferida por las personas mayores. Además, si bien la tercera edad no puede considerarse un colectivo de alto riesgo, sí presenta de forma sistemática una mayor probabilidad de sufrir lesiones en colisiones automovilísticas. También se observó que la práctica de revisar en mayor medida a los conductores de cierta edad, por norma, conlleva consecuencias negativas para los mayores y no aporta ventajas en cuanto a la seguridad de los demás usuarios de la vía pública. Por ello en el estudio se recomendaron alternativas como por ejemplo los permisos con restricciones. Se efectuó un análisis similar de las necesidades de los mayores en cuanto a los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público. Algunas de las ideas esenciales que se manejaron fueron que los desplazamientos a pie y en bicicleta son muy beneficiosos para los mayores, y que había que reforzar el grado de integración y de seguridad de los tres modos de transporte recién mencionados. Así, los socios del proyecto elaboraron un plan de actuación que distinguía siete áreas de investigación, en las cuales se abordarían temas como el comportamiento en los desplazamientos a pie y en bicicleta (definiendo las causas); la transición de la conducción de automóvil a otros modos de transporte; la accesibilidad y las medidas tecnológicas; y los requisitos por cuanto se refiere a información relativa a los desplazamientos. Por último, el plan contemplaba desarrollar herramientas de evaluación y revisión. Gracias a la labor realizada en GOAL, la población mayor del futuro podrá disfrutar de mayor seguridad, actividad y felicidad. También podría reducirse en consecuencia el coste sanitario tan elevado asociado al envejecimiento de la población, sobre todo si ésta no realiza actividad física.
