El futuro de las baterías ligeras para automóviles
La industria del automóvil dedica numerosos esfuerzos a mejorar la tecnología utilizada actualmente y, de esa forma, fabricar coches más resistentes y eficientes energéticamente. Se ha determinado que, a fin de minimizar el desgaste de frenos y ruedas y reducir tanto el consumo de combustible como las emisiones de dióxido de carbono, uno de los aspectos a mejorar es la reducción del peso total del vehículo. Se puede reducir el peso no sólo de la carrocería, el sistema de transmisión y el motor, sino también de las baterías de plomo-ácido actuales. El proyecto MEMLAB(se abrirá en una nueva ventana) (Melt spun and sintered metal fibre networks for lead-acid battery advancement) se puso en marcha para reemplazar una parte del plomo por materiales ligeros. En última instancia, el objetivo era lograr una reducción del peso total de las baterías de plomo-ácido superior al 50 %, lo que contribuiría a mejorar considerablemente su relación potencia-peso y permitiría convertirlas en una opción viable para los vehículos eléctricos híbridos que actualmente dependen de baterías híbridas de litio-hierro y níquel-metal. En este sentido, el equipo del proyecto MEMLAB desarrolló electrodos ligeros mediante la utilización de tecnologías vanguardistas de producción de fibras. A partir de residuos reciclados se crearon tanto fibras de aluminio como de titanio ligero que posteriormente se sinterizaron para formar placas de electrodos con una superficie elevada. Se consideraron una gran variedad de tecnologías de revestimiento, entre ellas la galvanoplastia y la deposición sol-gel, para formar una capa conductiva sobre las fibras de titanio que asegurase el flujo de corriente y protegiera al electrodo. Finalmente, el equipo investigador adoptó un método multicapa ya que el plomo no puede revestirse directamente sobre el titanio. Posteriormente, se evaluó el rendimiento de los nuevos electrodos y la adecuación de emplearlos en baterías de plomo-ácido. La obtención de resultados prometedores abre posibilidades para que las pequeñas empresas participantes en el consorcio comercialicen los electrodos de batería desarrollados y así promover su utilización tanto en vehículos híbridos nuevos como existentes. En Europa se fabrican anualmente alrededor de setenta y cinco millones de baterías de plomo-ácido, por lo que la sustitución de estas por otras más ligeras y modernas ayudaría a reducir la cantidad de plomo utilizado y limitaría el consumo de combustible y las emisiones contaminantes generadas por los vehículos de carretera.