Terapia probiótica para la hiperoxaluria primaria
La HOP es una enfermedad rara y potencialmente mortal relacionada con una alteración del metabolismo del glioxilato. Su prevalencia es de entre uno y tres casos por millón de habitantes y, por lo general, se manifiesta al nacer con unos niveles excesivamente altos de oxalato, que provocan daños en los riñones y el desarrollo de enfermedad renal en estadio terminal en más del 50 % de los casos. Hasta el momento, no existe una terapia farmacológica aprobada para esta enfermedad debilitante. Durante los últimos años, los nuevos descubrimientos sobre la microbiota humana y su papel en la salud y la enfermedad han suscitado un creciente interés por emplear como medicamentos las bacterias presentes de forma natural en el intestino humano. Los investigadores del proyecto financiado por la Unión Europea ELIMOX(se abrirá en una nueva ventana) (Biopharmaceutical therapy for treatment of primary hyperoxaluria) se propusieron desarrollar un nuevo método que emplea una bacteria para degradar el exceso de oxalato en el intestino, induciendo una ruta alternativa para la eliminación del oxalato y protegiendo así los riñones de un fallo orgánico. Para tal fin, estos diseñaron un nuevo fármaco a partir de Oxalobacter formigenes, una bacteria anaerobia que emplea el oxalato como fuente primaria de carbono. Los investigadores se centraron primero en obtener un mejor conocimiento de la biología de O. formigenes para optimizar el proceso de fabricación de la bacteria destinada a su uso farmacéutico. Estos desarrollaron una metodología analítica específica tanto para evaluar y cuantificar la presencia de microbios en el intestino humano como para realizar un seguimiento clínico de los efectos tras el tratamiento. El fármaco fue producido en forma de cápsulas de gelatina con recubrimiento entérico que contienen células viables liofilizadas de la bacteria O. formigenes. Se llevaron a cabo dos ensayos clínicos en pacientes con función renal normal y en pacientes sometidos a diálisis. A pesar de la heterogeneidad entre pacientes, se descubrió la existencia de una correlación entre la función renal y la concentración de oxalato en plasma. No se detectaron problemas de seguridad y la respuesta al tratamiento estaba correlacionada con la etapa de deterioro renal individual. Curiosamente, los investigadores descubrieron que los depósitos de oxalato se disolvían en pacientes tratados. También obtuvieron resultados prometedores con respecto a la función cardíaca y los niveles de oxalato total y libre en plasma de pacientes bajo diálisis. En conjunto, los resultados de los ensayos clínicos condujeron a la presentación de una solicitud de patente para este fármaco probiótico. El uso de la estrategia desarrollada por ELIMOX no solo se limita a la HOP y podría ser empleada para el tratamiento de otros trastornos metabólicos o síndromes de malabsorción.