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Stress cascades and Alzheimer's disease

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Posible tratamiento preventivo de la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo, irreversible y devastador. Nuevos datos científicos recabados a partir de modelos murinos indican que la administración por vía oral durante un corto periodo de tiempo de un agonista del factor neurotrófico cerebral a pacientes de riesgo asintomáticos podría contribuir a retrasar o prevenir la progresión del Alzheimer.

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La enfermedad de Alzheimer degrada lentamente la función de la memoria, la facultad de pensar y, por último, la capacidad para desempeñar las tareas cotidianas. Según cálculos recientes del National Institute of Aging (Instituto Nacional sobre el Envejecimiento) de Estados Unidos, el Alzheimer podría ser la tercera causa de mortalidad por detrás de las cardiopatías y del cáncer, sobre todo entre la población anciana. Cada vez existen más datos que señalan la existencia de una interrelación entre el estrés crónico, la depresión, los déficits cognitivos y la enfermedad de Alzheimer. Un grupo de científicos financiados por la Unión Europea se propuso desentrañar las relaciones e identificar un tratamiento preventivo a través de su trabajo en el marco del proyecto STRESSAMYLOIDCASCADE (Stress cascades and Alzheimer's disease). El equipo se centró en informes recientes que indican que las neurotrofinas pueden reducir las consecuencias neuropatológicas y cognitivas del estrés en ratones. Los científicos pusieron a prueba la hipótesis de que la potenciación de la actividad neurotrófica cerebral podría prevenir o revertir los defectos neurodegenerativos y cognitivos asociados a la enfermedad. Como modelo animal del Alzheimer, se podrían utilizar ratones Arc-beta-amiloide; estos ratones sobreproducen la proteína precursora del amiloide (APP), cuya división da lugar a la producción del péptido beta-amiloide, que tiene una implicación directa en la fisiopatología del Alzheimer. El beta-amiloide es el principal componente de las placas características de la enfermedad de Alzheimer. El equipo del proyecto utilizó ratones Arc-beta-amiloide para probar el efecto de una molécula pequeña (7,8-DHF) que imita la actividad de una neurotrofina cerebral. A los ratones jóvenes (asintomáticos) se les administró 7,8-DHF por vía oral y se comprobó su rendimiento cognitivo cinco meses más tarde, cuando los ratones Arc-beta-amiloide que no recibieron tratamiento mostraban ya signos evidentes de deterioro cognitivo. El tratamiento con 7,8-DHF previno las alteraciones de la memoria espacial asociadas a la edad. También redujo los niveles de beta-amiloide en áreas del cerebro especialmente afectadas por la enfermedad de Alzheimer (hipocampo, corteza). Análisis posteriores revelaron que la reducción de los niveles de beta-amiloide guarda relación con la disminución de la presencia de una enzima que genera beta-amiloide a partir de APP mediante 7,8-DHF. Esta es la primera demostración conocida de que el tratamiento farmacológico sistémico transitorio, administrado antes de que se manifiesten los signos característicos de la enfermedad de Alzheimer, puede prevenir y revertir la expresión de las alteraciones cognitivas asociadas a la edad en un modelo de Alzheimer en laboratorio. Además, la intervención posterior con el fármaco de prueba 7,8-DHF después de la aparición del deterioro cognitivo revirtió las alteraciones conductuales. El proyecto STRESSAMYLOIDCASCADE ha generado datos sólidos que demuestran que las moléculas neurotróficas tienen potencial para la prevención y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Palabras clave

Alzheimer, factor de crecimiento, estrés, neurotrofinas, neurodegeneración, 7,8-DHF

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