Coleman afirma que la AAE ayudará a alimentar la confianza pública en los OMG
El Director General de Sanidad y Protección de los Consumidores de la UE, Robert Coleman, ha advertido de la importancia de la propuesta de Autoridad Alimentaria Europea (AAE) en la lucha contra la desconfianza pública ante los organismos modificados genéticamente (OMG). Con motivo de una charla sobre información del riesgo al consumidor, inscrita en el programa de la mesa redonda de Syngenta convocada en Bruselas el 17 de octubre, el señor Coleman declaró que la repulsa de los consumidores de la UE a aceptar los transgénicos tenía su raíz en el hecho siguiente: a muchos ya no "les convence un enfoque estrictamente científico o técnico, ni, de hecho, la autoridad de la propia opinión científica". Según especificó: "En tales condiciones, quizás no sea sorprendente que los consumidores se resistan ante la innovación técnica cuando les parece que disponen de opciones con escaso grado tecnológico y dignas de confianza. No es una actitud irracional. Son muchos los que opinan que la experiencia ha demostrado que las que fueron un día 'verdades' científicas resultaron luego descansar en un conocimiento parcial. La ciencia tiene sus límites, y cuando los límites se pasan por alto, pierde credibilidad todo el planteamiento". Robert Coleman anunció que la constitución de la AAE, cuya puesta en marcha ha quedado programada para el año que viene, contribuirá a luchar contra la desconfianza de la opinión pública en los OMG, al establecer una distinción aún más clara entre aquéllos responsables de la producción de alimentos y los encargados de determinar la seguridad alimentaria. Así, esta evaluación científica independiente podría inspirar mucho más la confianza de los consumidores. "La AAE aventaja a otras instituciones en que su propuesta de constitución es la de un organismo autónomo, libre de ataduras o intereses directos políticos", según informó el señor Coleman. El modo de actuación del nuevo organismo se orientará por principios de "apertura y transparencia", dejando sus reuniones y métodos de trabajo disponibles para el escrutinio público. Robert Coleman explicó que la actitud del público hacia los OMG podría estar expresando igualmente divergencias de opiniones en cuanto a la evaluación del riesgo: "Mientras que los expertos consideran el riesgo en términos de cálculos basados en métodos científicos, la opinión pública se rige más por valores". Según indicó, el público está menos dispuesto a aceptar riesgos que también supongan una amenaza para otras creencias y valores, como el bienestar animal. Añadió que la tarea de convencer a los consumidores europeos se hace tanto más compleja cuanto menos claros aparecen las ventajas de los transgénicos: "De forma totalmente racional, los consumidores contrastan riesgos y beneficios. En cuanto a OMG, será más fácil transmitir el carácter limitado de determinados riesgos cuando los consumidores se percaten de las ventajas patentes que ofrece el producto final". El enfoque del señor Coleman obedece a una actitud menos radical que la adoptada por el Comisario de Sanidad y Protección del Consumidor, David Byrne, quien ha dirigido a las autoridades políticas un llamamiento para que enmarquen los OMG en un debate racional "de talante científico", advirtiendo firmemente que, salvo que los consumidores europeos confíen en la biotecnología, "los OMG no levantarán cabeza en Europa".