Grasas que curan
El tejido adiposo puede estar compuesto por células adiposas marrones o blancas, o incluso por células beige. Una investigación reciente ha revelado que estos tejidos son esenciales para mantener un metabolismo sano. La clave de una buena salud es hallar el equilibrio entre la ingesta y el consumo de energía. Los científicos responsables del proyecto ADIPODIF (Adipocyte differentiation and metabolic functions in obesity and type 2 diabetes) analizaron la contribución del tejido adiposo a la salud y su influencia en los trastornos metabólicos. Para ello utilizaron modelos animales y llevaron a cabo manipulaciones genéticas e intervenciones nutricionales a base de compuestos naturales. Según este estudio, las personas con obesidad desarrollan nodos reguladores que ayudan a controlar la formación de tejido adiposo. Se demostró que activar la formación de tejido adiposo mejoraba y restauraba la salud metabólica, información esta que resulta muy útil para tratar y prevenir la diabetes tipo 2. Concretamente, el tejido adiposo pardo ayuda a quemar calorías. También se descubrió que la grasa blanca puede convertirse en grasa parda y viceversa. Dado que la grasa parda es metabólicamente activa, convertir la grasa blanca en grasa parda podría ser un método eficaz para perder peso y tratar la obesidad. El consorcio de ADIPODIF trabaja ahora para trasladar los resultados obtenidos en los experimentos con animales al ámbito clínico. Sus hallazgos facilitan el diseño de nuevas estrategias terapéuticas basadas en aumentar el gasto de energía para tratar eficazmente trastornos metabólicos como la obesidad y la diabetes tipo 2.
Palabras clave
Grasa, obesidad, adiposo, grasa parda, metabolismo, genético, nutrición, diabetes