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European Initial Training Network on Developmental and Computational Biology

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Preparar a los biólogos para la revolución de los datos masivos

Una red de formación financiada por la Unión Europea ha sido pionera en el empleo de datos masivos en biología del desarrollo, contribuyendo así a una mejor comprensión de las enfermedades y al descubrimiento de nuevos tratamientos para medicina regenerativa.

El proyecto DEVCOM ha proporcionado a un grupo de investigadores noveles formación en aspectos fundamentales de biología del desarrollo y biología computacional. La biología del desarrollo estudia los procesos mediante los que un organismo crece y se desarrolla a partir de las células derivadas del cigoto, procedente de la fecundación del óvulo, y cómo dichas células se diferencian en tipos celulares especializados como, por ejemplo, las células de la piel o de los ojos. «La generación de datos está aumentando a un ritmo vertiginoso en todos los campos de la ciencia», explica el doctor Gert Jan Veenstra, coordinador del proyecto y profesor de biología molecular del desarrollo en la Universidad Radboud de los Países Bajos. «La cantidad y variedad de datos existentes nos permiten examinar e identificar procesos imposibles de dilucidar con unas pocas mediciones». La era de los datos masivos El empleo de datos masivos en biología del desarrollo significa que se puede llevar a cabo un estudio más holístico de la biología celular sin necesidad de limitarse tan solo al estudio de una única molécula. Además, las innovaciones de alta tecnología como las técnicas de secuenciación han permitido realizar análisis genómicos exhaustivos del comportamiento celular. Sin embargo, el reto es que los datos obtenidos no pueden analizarse empleando una simple hoja de cálculo. En este sentido, los científicos necesitan manejar con soltura herramientas y lenguajes de programación así como algoritmos de aprendizaje automático para analizar los datos. Por tanto, los biólogos deben poseer los conocimientos y las competencias informáticas adecuadas para hacer un buen uso de estas herramientas. «En pocas palabras, actualmente existen millones de datos, lo que representa un auténtico desafío para la biología del desarrollo», afirma el doctor Veenstra. «El volumen de datos requerido para realizar todos los análisis que queremos es tan desproporcionadamente grande que es imposible analizarlo con un simple ordenador portátil, lo que plantea la necesidad de disponer de una infraestructura informática completa y conocimientos en biología computacional». Competencias para el futuro Aquí es donde entra en juego el proyecto DEVCOM. Gracias a la financiación de la Unión Europea, se puso en marcha un programa de formación para doce estudiantes de doctorado y dos investigadores postdoctorales en ocho centros socios de cinco países. Cada programa de formación personalizado incluía reuniones, oportunidades de establecer vínculos profesionales y talleres de trabajo. Los participantes adquirieron conocimientos técnicos en anatomía y desarrollo embrionario, genómica y análisis comparativos de secuencias genéticas así como en espectrometría de masas, informática y modelización por ordenador. «El programa de formación incluyó la integración de la biología computacional y la biología del desarrollo», comenta el doctor Veenstra. «Estas actividades formativas tuvieron un cariz interdisciplinar e intersectorial, introduciendo a los investigadores noveles al mundo de la empresa y los negocios». Además de los programas de formación personalizados, cada científico abordó un tema de investigación concreto. «Desde nuestra perspectiva, lo más importante era la formación que brindaban estos trabajos de investigación», recalca el doctor Veenstra. Con todo, se realizaron varios descubrimientos importantes. Por ejemplo, un investigador logró identificar con éxito un mecanismo clave que está activo durante la diferenciación celular y que durante años ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para los científicos. «Las competencias en técnicas computacionales tuvieron una importancia capital a la hora de resolver esta cuestión», explica el doctor Veenstra. «La integración de conocimientos informáticos y de ciencias de la vida beneficia indudablemente a los investigadores. Esto les permite diseñar mejores experimentos y sacar el máximo partido a sus análisis. Al fin y al cabo, se trata de obtener los mejores resultados posibles». El doctor Veenstra cree que el proyecto DEVCOM, de cuatro años de duración y que finalizó en agosto de 2017, demostró el valor de crear redes de formación interdisciplinar. Proporcionar a los biólogos las competencias necesarias para sacar el máximo partido a los datos masivos es una inversión de inmenso valor para el futuro, ya que ayudará a situar a Europa a la cabeza de la investigación genómica y, con suerte, conducirá al desarrollo de estrategias de medicina regenerativa nuevas con potencial para producir células y tejidos de reemplazo. «La lección más valiosa que he aprendido es que integrar diversas disciplinas científicas merece totalmente la pena por muy ardua que pueda resultar esta tarea», enfatiza el doctor Veenstra. «Al final los beneficios superan con creces a los costes».

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