La mortalidad en una ola de calor está vinculada a las condiciones de los comercios locales
Los investigadores han descubierto que las personas mayores tienen más probabilidades de morir en olas de calor si viven en barrios en declive comercial donde no hay tiendas u otros negocios que les tienten a salir de sus casas. Para muchos países europeos, el de 2006 fue el mes de julio más caluroso que se ha registrado, y mientras el Norte de Europa disfruta ahora de temperaturas más frescas, la gente que vive en el Sur continúa abrasándose bajo la ola de calor. Sólo en Francia, han muerto al menos 112 personas por causas relacionadas con el calor. Investigadores norteamericanos han analizado los factores que contribuyeron al fallecimiento de personas mayores durante la ola de calor que golpeó Chicago en julio de 1995. En la fase cumbre de la ola de calor murieron casi 800 personas en una semana al sobrepasar las temperaturas los 37,8 grados centígrados. Como era de prever, la mayoría de las muertes ocurrieron en barrios de bajos ingresos. Los investigadores observaron entonces cómo se desenvolvían las personas mayores en diferentes tipos de barrios durante la ola de calor. Descubrieron que existía un fuerte vínculo entre la mortalidad por la ola de calor y los tipos de negocios de un barrio determinado; se producían más muertes en las zonas en declive comercial. Muchos de los negocios de estas zonas estaban entablados o en condiciones paupérrimas y el resto de los establecimientos tendían a ser bares o tiendas de bebidas alcohólicas, o lugares dirigidos a la juventud que no iban a atraer a las personas mayores. Según los investigadores, las personas mayores que vivían en estos barrios probablemente evitaban salir por su propia seguridad y se acostumbraron a pasar mucho tiempo en sus apartamentos. "Estos comercios no fomentaban un ambiente en el que la gente que pasaba por allí se sintiera cómoda y las personas mayores probablemente tenían miedo de entrar en algunos de estos lugares", declaró Christopher Browning, profesor asociado de Sociología en la Universidad Estatal de Ohio. "Permanecieron refugiados en sus apartamentos, donde corrían el mayor riesgo de contraer enfermedades relacionadas con el calor que conducían a la muerte". Los investigadores observaron que otros años no hubo diferencias de mortalidad entre barrios en declive y otras zonas; ocurrió solamente durante la ola de calor de 1995. Otros factores vinculados a las zonas de bajos ingresos, tales como los altos índices de criminalidad y el temor al crimen, no mostraron un vínculo tan fuerte con la mortalidad en la ola de calor como las condiciones y el tipo de negocios en el barrio. Los investigadores examinaron también áreas de bajos ingresos pero con una alta "eficacia colectiva". La eficacia colectiva radica en la medida en que las personas de una comunidad se ayudan y se sienten responsables unas de otras. En circunstancias normales, la gente de estos barrios se comporta mejor que la de otros lugares, pero en la ola de calor de 1995 estas diferencias desaparecieron. Los investigadores creen que esto puede ser debido en gran parte a la ignorancia de los efectos potencialmente letales de la ola de calor sobre las personas mayores. "Pensamos que los vecinos simplemente no se daban cuenta de lo vulnerables que eran las personas mayores cuando se estaba produciendo esta ola de calor", explicó Browning. "Seguramente habría ayudado mucha más gente, pero simplemente no sabían. Se dieron cuenta del impacto cuando ya era demasiado tarde". Kathleen Cagney, profesora adjunta en el Departamento de Estudios de Salud de la Universidad de Chicago, cree que necesitamos pensar más ampliamente acerca de los tipos de comunidades que ofrecen ayuda para aliviar el calor. "Una especial atención al enriquecimiento del sector comercial puede lograr en última instancia que se salve un mayor número de vidas".
Países
Francia, Estados Unidos