Aprobadas más alternativas a los ensayos con animales
El Comité Consultivo Científico del Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos (CEVMA) ha dado el visto bueno a cinco métodos nuevos que ayudarán a reducir drásticamente el número de animales utilizados en los ensayos de laboratorio para estudiar la irritación dérmica y ocular, así como las alergias de la piel. Hace sesenta años que se estableció la prueba clásica para evaluar si un producto provoca irritación dérmica, la cual consiste en aplicarlo sobre la piel de un conejo. Hoy en día todas las sustancias susceptibles de ser irritantes de la piel (cosméticos, ingredientes de los mismos y nuevos productos químicos) deben someterse a ensayos de irritación. Cerca de 20.000 animales al año, en su mayoría conejos, se someten a este tipo de pruebas. Además, con REACH, la nueva normativa de sustancias químicas de la UE, unas 10.000 sustancias que ya están en el mercado deberán pasar los ensayos de irritación dérmica. Los dos ensayos de irritación dérmica recién aprobados sustituirán por completo este método. En principio, la piel humana artificial se creó para tratar a pacientes que hubieran sufrido quemaduras; más tarde se desarrolló este concepto para cultivar células a fin de identificar sustancias irritantes y no irritantes. Las dos pruebas de irritación ocular no sustituirán a los ensayos con animales por completo, pero sí los perfeccionarán bastante para reducir el sufrimiento de los animales. En los ensayos para detectar irritantes oculares peligrosos se utilizarán tejidos obtenidos de mataderos que, de otro modo, se habrían desechado. No obstante, para detectar niveles más bajos de irritación ocular seguirá siendo necesaria la utilización de animales, por lo que investigadores europeos y estadounidenses están trabajando de forma conjunta para desarrollar métodos que permitan obviar por completo la necesidad de realizar este tipo de pruebas. La quinta prueba ratificada por el Comité está relacionada con las alergias de la piel y su estrategia consiste en evaluar exclusivamente la dosis más alta, del tal forma que el número de animales que se utilizan disminuye en un 50%, lo que conlleva salvar la vida de 240.000 ratones. Existe una necesidad imperiosa de hallar alternativas a los ensayos con animales, puesto que a partir de 2009, conforme a la Directiva sobre cosméticos, estará prohibido probar estos productos con animales, sin olvidar que la próxima normativa REACH obligará a extremar la seguridad en los ensayos realizados con más de 30.000 sustancias químicas. En mayo el CEVMA publicará un informe, elaborado en colaboración con la industria química y otros expertos, sobre métodos alternativos para probar los productos con arreglo a la normativa REACH. La UE tiene una política clara de promover medidas que reduzcan el número de animales que son sometidos a este tipo de pruebas. «Es un buen momento para los animales de laboratorio porque estamos marcando una gran diferencia», comentó Thomas Hartung, del CEVMA, que forma parte del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.