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Who Should Have a Say? Preferences for Unequal Representation

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Las investigaciones señalan al conflicto latente tras los diferentes conceptos de igualdad democrática

Aunque existe una tendencia cada vez mayor de considerar las consultas democráticas como un medio de mejora de la democracia, los implicados siguen batallando por determinar el uso equitativo de estas. El proyecto UNREP aporta una visión interesante sobre la representación igualitaria y la desigual.

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La participación democrática, especialmente en los referéndums, nunca ha sido debatida con tanta intensidad. ¿Es la implicación directa en el proceso de toma de decisiones realmente beneficiosa para la democracia? Si tenemos en cuenta el contexto de auge de campañas de desinformación, ¿podemos confiar en que todos los ciudadanos estén capacitados para comprender los asuntos en cuestión? ¿Debería contar la opinión de aquellos que no están afectados por el asunto particular a tratar? Entre todas las preguntas a las que se enfrentan los responsables políticos, el proyecto UNREP (Who Should Have a Say? Preferences for Unequal Representation) se centró en esta última mediante un estudio de los factores que determinan las reacciones de los ciudadanos a las consultas democráticas y, más específicamente, sus actitudes con respecto a la representación igualitaria. Un caso práctico perfecto en Europa es el referéndum del «Brexit» en 2016. Sin embargo, el proyecto se ha centrado en las investigaciones llevadas a cabo en los Estados Unidos, mediante ensayos de encuestas masivas sobre reformas de directrices políticas, cambios en el código del impuesto sobre la renta y financiación municipal de centros para sintechos. Tal y como era previsible en el contexto político actual, las encuestas sobre conducta policial impropia en contra de las minorías tenían un efecto especialmente divisivo. «En muchos países, algunas minorías raciales tienen muchísimas más probabilidades de ser víctimas de la conducta policial impropia. Estos grupos se ven mucho más afectados que cualquier otro ciudadano, por lo que los cambios en las políticas dirigidas a solucionar dichos asuntos también les afectarán más», explica el doctor Anthony Kevins, beneficiario de una beca de investigación Marie Curie en la Universidad de Utrecht y coordinador del proyecto UNREP. Los hechos, sin embargo, no garantizan que los ciudadanos menos afectados estén dispuestos a conferir a dichos grupos una mayor relevancia en lo relacionado con las consultas públicas o que, por el contrario, incluso insistan en el trato equitativo de todos los ciudadanos. ¿Qué tipo de ciudadanos apoyan o se oponen a dar más peso a las opiniones de los grupos afectados? Y ¿qué factores contribuyen al incremento o la disminución de este tipo de medidas sobre consultas? El proyecto UNREP ha contestado a estas preguntas para ayudar a discernir las repercusiones de las prácticas democráticas en los ciudadanos y, por contraposición, ser moldeadas por ellos. El doctor Kevins explica: «Quizás las conclusiones más sorprendentes son las procedentes de la investigación de consultas sobre reformas en directrices policiales. El estudio —del que Joshua Robison es coautor— se basa en una encuesta de campo en la que participaron más de 2 000 estadounidenses, y se centra en las reacciones a la idea de consultar a la población afroamericana. La mitad de los encuestados leyeron un texto en el que un político sugiere consultar a la comunidad en general, mientras que la otra mitad de los encuestados leían un texto en el que este sugiere consultar específicamente a la comunidad afroamericana. Al mismo tiempo, el texto también alternaba de modo aleatorio la procedencia racial y la afiliación partidista del político». La respuesta media a las dos propuestas de consulta fue notablemente diferente. Las reacciones fueron especialmente diferentes en consonancia con la afiliación partidista de los encuestados y sus niveles de resentimiento racial, medidos con anterioridad durante el estudio. Ni la procedencia racial ni el partido del político fueron suficientes para inclinar la balanza. Los resultados globales del proyecto indican que es muy probable que los diferentes conceptos de igualdad democrática generen conflicto y que estas tensiones se manifestarán cuando los representantes electos se dirijan a sus constituyentes. «Además, estas tensiones son mucho más probables cuando se consulta a grupos minoritarios, especialmente si estos tienen una percepción negativa por parte de algunos sectores de la población. Tal y como indica el estudio que he realizado junto a Joshua Robison, asuntos como el resentimiento racial juegan un papel muy importante en el condicionamiento de las reacciones a las medidas aplicadas a las consultas. Según el contexto, las consultas democráticas pueden terminar avivando tensiones internas en los grupos y agravando las divisiones preexistentes. Así que podríamos afirmar que el modelo de medidas para las consultas debería considerar este tipo de problemas a nivel local», concluye el doctor Kevins.

Palabras clave

UNREP, representación desigual, democracia, consultas democráticas, conducta policial impropia, minorías.

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