Los premios EUREKA distinguen innovaciones tecnológicas y ambientales
Los premios Lynx y Lillehammer de EUREKA de este año recayeron en dos proyectos que abordan dos preocupaciones de la sociedad actual como son el terrorismo y la contaminación causada por los automóviles. Los ganadores, cada uno de los cuales recibió un cheque de 10.000 euros, se anunciaron en la Conferencia Ministerial de EUREKA celebrada en Liubliana el pasado 5 de junio. El premio Lynx, que reconoce logros tecnológicos destacados, fue para la empresa checa RS Dynamics, por haber creado un detector de explosivos rápido y fiable. Este detector, creado en cooperación con la empresa española de ingeniería SENER Ingeniería y Sistemas, es capaz de captar rastros microscópicos de explosivos en equipaje, ropa, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, billetes de banco o tarjetas de identificación. Para ello se vale de un dispositivo similar a una aguja que puede alcanzar los rincones y los pliegues de los objetos. La aguja se introduce en un escáner que realiza una lectura en apenas un segundo. Entre una exploración y otra no es necesario perder tiempo para limpiar sus piezas. Estos aspectos de su diseño hacen que el detector sea ideal para su uso en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y lugares similares donde el personal de seguridad tiene que controlar un flujo constante de gente y equipajes en un tiempo reducido. El detector podría emplearse también para encontrar rastros de explosivos ocultos en edificios, contenedores, vehículos terrestres, aviones y centros comerciales. Asimismo, gracias a su solidez y capacidad para soportar condiciones extremas, como temperaturas muy altas, este aparato se está usando en operaciones militares en el desierto. Según George Blaha, presidente de RS Dynamics, este detector presenta varias ventajas con respecto a sus competidores. En primer lugar, la mayoría de aparatos de esta clase se valen de papel inerte, y no de una aguja, para detectar rastros de explosivos. «Pero con el papel no se llega hasta pliegues y hendiduras», indicó a CORDIS Noticias. Hay otros dispositivos que pueden ofrecer mediciones más precisas, pero se ha constatado que son demasiado sensibles a interferencias con diversas sustancias químicas, lo que con gran frecuencia provoca falsos positivos. Para resolver este problema, el detector está dotado de un sistema rápido de pre-separación que permite eliminar sustancias químicas, por ejemplo las procedentes de olores humanos. «Como no padece interferencias con sustancias químicas, este aparato proporciona mediciones más precisas», señaló el Sr. Blaha. Otra ventaja es la posibilidad de controlar el aparato a distancia y de que funcione con Windows y Linux. Este detector, que cuesta 33.000 euros, ha sido objeto de gran interés. Además de haber recibido ofertas desde Oriente Próximo, Japón e India, RS Dynamics está trabajando con un importante distribuidor británico que dispone de un número elevado de socios en aquel país. Por otra parte, el premio Lillehammer de este año, que distingue beneficios ambientales sobresalientes, recayó en un consorcio germano-neerlandés que creó una bujía incandescente con sensor de presión que puede instalarse en el motor de cualquier vehículo diésel y es capaz de reducir las emisiones de óxido de nitrógeno hasta un 90%. Los motores diésel funcionan gracias al principio del autoencendido. Cuando se inyecta combustible al cilindro del motor, se somete a una gran presión que, a su vez, prende la mezcla de aire y combustible. Este método de encendido ha dado una popularidad inmensa a los motores diésel en Europa, donde representan más del 40% del mercado. Sin embargo, el inconveniente de estos motores es que emiten una gran cantidad de partículas de hollín por la falta de homogeneidad de la mezcla de combustible. Además, cualquier exceso de oxígeno en la mezcla incrementa la temperatura de la combustión y, en consecuencia, genera altos índices de NOx. Este aparato, creado por Sensata Technologies (de los Países Bajos) y BERU (de Alemania), consiste en un sensor de presión piezo-resistente que se incorpora a una bujía incandescente, la cual permite el arranque rápido del motor diésel. Con esta bujía se pueden controlar de forma directa las condiciones de combustión dentro del cilindro y optimizarlas, lo cual reduce enormemente las emisiones y mejora el consumo de combustible. Este sensor es el primero de esta clase que ofrece fiabilidad suficiente para su fabricación en serie. «Nuestro sensor es el único que puede proporcionar una señal de gran calidad: la industria del automóvil está necesitada de la precisión que puede ofrecer este producto», declaró Arjan Kölling, de Sensata Technologies, a CORDIS Noticias. En consecuencia, «casi todos los fabricantes de automóviles cuentan con programas específicos o están en fase previa a la implantación de este sensor», aseguró Bernd Last, de BERU. Dentro de tres meses este sensor estará disponible en coches de prueba en Estados Unidos. El Dr. Arjan Kölling afirmó que el premio EUREKA sirve de reconocimiento puesto que la investigación y el desarrollo de este sensor les costó sangre, sudor y lágrimas.
Países
Chequia, Alemania, España, Países Bajos