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Las enanas marrones son una clase aparte

Investigadores de la Universidad de Bonn (Alemania) han determinado que las enanas marrones, cuerpos celestes cuyo origen ha sido cuestión de debate, forman una clase distinta a estrellas y planetas. Hasta ahora, se tenía la convicción de que las enanas marrones eran estrellas...

Investigadores de la Universidad de Bonn (Alemania) han determinado que las enanas marrones, cuerpos celestes cuyo origen ha sido cuestión de debate, forman una clase distinta a estrellas y planetas. Hasta ahora, se tenía la convicción de que las enanas marrones eran estrellas muy pequeñas y frías. En este reciente estudio, Ingo Thies y Pavel Kroupa del Instituto Argelander de Astronomía, desvelan que, si sacamos a las enanas marrones de la ecuación estelar, se resuelven tantos problemas teóricos y matemáticos que deberían considerarse esencialmente distintas a las estrellas. El término «enana marrón» fue acuñado por Jill Tarter en la década de los setenta para describir el tipo de estrella más pequeña y con menos brillo. A diferencia de otras estrellas, las enanas marrones, cuya masa puede oscilar entre el uno y el ocho por ciento de la masa de nuestro Sol, no fusionan hidrógeno para producir energía. Mientras que las estrellas se encuentran a menudo en parejas en las que las estrellas pueden estar muy cerca o muy lejos entre sí, parece ser que las enanas marrones sólo pueden existir en parejas si están muy cerca la una de la otra. Parece ser que tampoco se mezclan con otros tipos de estrellas, lo que no encaja en el modelo clásico de formación de estrellas. El origen de las enanas marrones es objeto de un agitado debate. La mayoría considera que se forman de manera similar a como lo hacen las estrellas o que, a la manera de estrellas de masa muy baja, son deshechos de un proceso de formación de varias estrellas (por ejemplo, en un sistema con tres protoestrellas en formación, la atracción mutua de masas provoca que el objeto más ligero sea catapultado hacia el exterior). Podrían también originarse en las regiones más externas del espacio donde se forma una estrella y acabar siendo un objeto independiente. La cercanía mutua de las parejas de enanas marrones, el hecho de que no se encuentran emparejadas a otro tipo de estrellas y su temperatura y masa tan bajas inducen, con razón, a revisar la clasificación de estos cuerpos celestes. El Sr. Thies y el profesor Kroupa plantearon la hipótesis de que las enanas marrones forman una población aparte y demostraron que, de hecho, los modelos matemáticos de «apareamiento» de otras estrellas enanas resultan más consistentes en los resultados cuando el comportamiento de las enanas marrones se saca de la ecuación. Concluyeron que «hay que inventar reglas matemáticas especiales para las enanas marrones» y que «las estrellas y las enanas marrones han de ser descritas por separado». El estudio demuestra que el comportamiento y la estructura de las enanas marrones son demasiado complicados como para enmarcarlos dentro de las formaciones similares a las estrellas, y que las enanas marrones y las estrellas de masa muy baja deben formarse de manera distinta a la de las demás estrellas. Esto significaría que las enanas marrones, al igual que los planetas, surgen en el nacimiento de estrellas y son un tipo de cuerpo celestial aparte.

Países

Alemania

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