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Energía marina: nuevas tecnologías prometedoras para ayudar a Europa a alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos

Mientras Europa trata de alcanzar la neutralidad climática en 2050 y de hacer inversiones considerables en formas renovables de energía a lo largo de los próximos decenios, hay una fuente de energía verde que resulta muy prometedora; y ni siquiera es verde, sino azul. El océano ofrece un gran potencial como fuente de energía limpia y ecológica, y, aunque las tecnologías para aprovecharlo aún tienen que madurar del todo, no deberían perderse de vista. En este Results Pack de CORDIS, se presentan diez proyectos financiados con fondos europeos que sientan las bases para un mayor desarrollo y despliegue de estas innovaciones en el campo de la energía marina.

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La tecnología de energía oceánica es una tecnología de nueva aparición a la que aún le queda mucho camino que recorrer hasta lograr una comercialización completa. Sin embargo, basadas en demostraciones innovadoras realizadas por toda Europa —con frecuencia dirigidas por pymes motivadas e idealistas—, estas innovaciones realmente ofrecen una oportunidad emocionante para los inversores preocupados por el medio ambiente. En pocas palabras: merecen una consideración mucho mayor como forma de energía renovable a largo plazo, junto a sus parientes más conocidos, la energía solar y la eólica. Incluso se ha estimado que, en 2050, bajo las condiciones adecuadas, la energía marina podría suplir aproximadamente el 10 % de la demanda de energía de la Unión Europea.

Los beneficios de la energía marina

Uno de los beneficios claves de las tecnologías de energía oceánica es que, si sus instalaciones están bien diseñadas y construidas, la probabilidad de que tengan un impacto negativo en la biodiversidad del océano es mucho menor. En muchas regiones, la tierra es un recurso valioso, por lo que la instalación de tecnologías terrestres —como las que requieren la energía eólica y la solar— puede ser controvertida para la población local. Esto no sucede con las tecnologías de energía marina, especialmente con las instalaciones submarinas, ya que están ocultas bajo la superficie del agua, fuera de la vista, y no compiten por una tierra escasa. Otro factor importante a la hora de considerar las soluciones de energía marina es su fiabilidad: a diferencia de la energía solar o la energía eólica, las mareas y corrientes oceánicas son casi totalmente predecibles, y sus flujos infinitos garantizan una disponibilidad continua de la energía. Por último, estas tecnologías tienden a generar una gran cantidad energía: el agua en movimiento es mucho más densa que el aire en movimiento, por lo que se crean unas condiciones excelentes para realizar una conversión energética eficiente. Desde una perspectiva socioeconómica, la instalación de tecnología de energía oceánica también podría beneficiar enormemente a las comunidades costeras, ya que se crean puestos de trabajo altamente cualificados en la zona y se impulsan las economías locales. Es más que probable que los dispositivos se fabriquen cerca de donde se van a desplegar y que los servicios de mantenimiento —cuando sean necesarios— sean prestados, como es lógico, por las comunidades locales. De hecho, el sector de la energía marina podría tener un valor de hasta 53 000 millones EUR en 2050, lo que podría traducirse en 400 000 puestos de trabajo en Europa, muchos de los cuales se realizarían en las regiones costeras próximas a las instalaciones.

De las demostraciones al mercado y más allá

Horizonte 2020 ha prestado un apoyo activo a proyectos que trataban de demostrar la fiabilidad y la solidez de las tecnologías de energía marina, así como de conseguir que esta energía tuviese unos costes competitivos comparables a los de otras tecnologías y mostrar de forma clara su potencial comercial. Más concretamente, en el Results Pack se presentan diez de estos proyectos financiados con fondos europeos. Por ejemplo, el proyecto FloTEC desarrolló con éxito el primer demostrador comercial de una turbina mareomotriz flotante, la O2, que es la tecnología más potente del mundo de su clase y tiene la capacidad de suplir las necesidades de electricidad de más de mil setecientos hogares en las islas Orcadas (Reino Unido). El proyecto MegaRoller ha diseñado un nuevo sistema de toma de fuerza para acercar el mercado emergente de la energía undimotriz a la rentabilidad, mientras que el proyecto IMAGINE respaldó un pequeño consorcio europeo dirigido por una innovadora empresa italiana para crear un dispositivo que ya es una opción prometedora para convertir el movimiento de las olas en electricidad. Asimismo, el proyecto OPERA se embarcó en una prueba de treinta y un meses de un dispositivo oceánico flotante de generación de electricidad para probar su viabilidad y recopilar grandes cantidades de datos fundamentales para el avance de la tecnología de energía oceánica. El proyecto TIPA diseñó y construyó un generador mareomotriz innovador que demostró ser casi tres veces más barato que los dispositivos actuales, lo que convierte a la energía mareomotriz en una solución más rentable. Mientras tanto, el proyecto RealTide ha ayudado a identificar los factores clave subyacentes a los fallos en las turbinas mareomotrices y ha propuesto soluciones para garantizar que el sector de la energía marina sea más eficiente y económicamente viable. Por último, el proyecto DTOceanPlus está desarrollando un conjunto de herramientas de diseño innovadoras que ayudarán a minimizar los riesgos tecnológicos en las siguientes fases de desarrollo de la tecnología oceánica y contribuirán considerablemente a aumentar su rendimiento.