Virus naturales contra microbios farmacorresistentes
Más de medio millón de personas mueren cada año a causa de infecciones bacterianas multirresistentes. Es más, la OMS predice 10 millones de muertes para 2050. La terapia con bacteriófagos, es decir, el uso de bacteriófagos como tratamiento, ofrece margen para la esperanza, sobre todo si se emplean virus especialmente seleccionados para el atacar y destruir cualquier nueva cepa microbiana. Philippe Rousseau, director de operaciones de Pherecydes Pharma, empresa coordinadora del proyecto financiado con fondos europeos PhagoPROD, lo describe en los términos siguientes: «El objetivo principal del proyecto fue desarrollar procesos de producción de bacteriófagos según buenas prácticas de fabricación (BPF)». Se planteó una transferencia de estos métodos hacia subcontratas calificadas y preseleccionadas para que produjeran lotes de bacteriófagos según BPF para poner en marcha ensayos clínicos y programas de acceso temprano con los que tratar a más pacientes. Estos programas permiten que pacientes, sobre todo con una enfermedad potencialmente mortal, accedan a medicamentos antes de su aprobación.
Con ustedes, el «Phagogram»
Pherecydes Pharma desarrolló productos basados en bacteriófagos obtenidos por purificación y amplificación de bacteriófagos naturales. Estos muestran actividad contra las principales cepas farmacorresistentes que suponen un gran peligro para la salud pública a escala mundial, como por ejemplo, «Pseudomonas aeruginosa», «Staphylococcus aureus», conocido como «S. aureus» resistente a meticilina o SARM, y «Escherichia coli». En el método conducente a la terapia con bacteriófagos de precisión, el equipo del proyecto también incluyó el objetivo de desarrollar una nueva versión de las herramientas y del proceso de producción, esto es, un «Phagogram» con el que se mide la actividad de diferentes bacteriófagos en la cepa bacteriana del paciente. El «Phagogram» permite personalizar los tratamientos para cada paciente, lo que significa que solo se administrarán los virus activos que hagan frente a determinada cepa. En el diseño del tratamiento, se realiza un diagnóstico de actividad en un laboratorio para determinar qué bacteriófagos se distribuirán al paciente. El proceso está en curso y, en paralelo al objetivo de producción de BPF, el equipo está trabajando en la optimización del «Phagogram». «Nuestro objetivo adicional es desarrollar una nueva versión de la herramienta “Phagogram” para analizar más muestras más rápido y más cerca del paciente», añade Rousseau.
Desafíos y resiliencia del proyecto
En un proyecto tan ambicioso de tres años de duración es normal que surjan múltiples escollos. «Uno de problemas más importantes que tuvimos que superar fue seguir los consejos científicos de la Agencia Europea de Medicamentos relacionados con la química, la fabricación y el control (QFC) de los bacteriófagos», explica Rousseau. Todas las etapas del ciclo de desarrollo de un fármaco tras descubrir un fármaco guardan relación con la QFC. Durante el desarrollo preclínico del fármaco, se validan los métodos analíticos adecuados para controlar el producto. Para superar este escollo, se tuvieron que reinventar algunos procesos de producción, desarrollar nuevos controles desde cero y reunir un grupo diverso de subcontratistas para producir lotes de bacteriófagos BPF. Además, el equipo tuvo que aumentar la dependencia de los subcontratistas más de lo inicialmente calculado para generar el estándar requerido de bacteriófagos. Esto implicó explorar, elegir y capacitar a los subcontratistas y, en paralelo, mantener el conocimiento dentro de su organización. Rousseau resume así la sensación de victoria del equipo: «Estamos convencidos de que seremos capaces de entregar lotes de bacteriófagos BPF para desarrollar nuestro proceso de terapia con bacteriófagos de precisión. Ofreceremos nuevas opciones de tratamiento a los pacientes a medida que las necesiten».
Palabras clave
PhagoPROD, bacteriófagos, BPF, «Phagogram», terapia con bacteriófagos, virus, resistente a antibióticos