Interacciones persona-vehículo más seguras a partir de enfoques probados y centrados en los usuarios
Se espera que los avances en la automatización de vehículos con una intervención humana mínima mejoren la seguridad vial. Sin embargo, también traen consigo nuevos retos que deben abordarse para garantizar la adopción de los vehículos automatizados. El proyecto BRAVE, financiado con fondos europeos, realizó un estudio multidisciplinar de los requisitos y las expectativas de todos los tipos de usuarios de la vía pública, lo que incluye a los usuarios más vulnerables como los peatones, los ciclistas y las partes interesadas (instructores de prácticas de conducción, compañías de seguros, autoridades, organismos de certificación, responsables políticos y reguladores), respecto al uso de los vehículos automatizados. En el estudio poblacional de BRAVE, los cerca de siete mil encuestados de siete países revelaron que la mayoría de las personas aún confían más en los conductores humanos que en los vehículos automatizados. Además, alrededor del 30 % de los encuestados no se sentirían seguros cruzando una calle por la que se acercara un coche automatizado.
Un enfoque inclusivo da lugar a productos mejor adaptados y listos para su comercialización
BRAVE abordó los vehículos automatizados de nivel 3, también denominados vehículos de automatización condicional (CAC, por sus siglas en inglés), en los que el ser humano sigue siendo el conductor salvo en circunstancias concretas en las que el propio vehículo puede llevar a cabo todos los aspectos de la conducción. «Las personas deben estar preparadas para tomar el control en cualquier momento. La confianza es un aspecto importante que influye en la adopción de las nuevas tecnologías por parte de los usuarios», explica Ingrid Skogsmo, coordinadora del proyecto BRAVE. «Nuestros estudios muestran que los sistemas que indican con claridad al usuario el estado de automatización y qué está haciendo o esperando el vehículo aumentan la confianza del usuario, ya sea este el conductor o cualquier otro usuario de la vía pública. Sin embargo, es necesario diseñar cuidadosamente la información proporcionada. Si el sistema controla el vehículo, no se debería molestar a los conductores de CAC y la cantidad de información proporcionada debería poder ajustarse a la confianza del conductor y la experiencia del sistema. Es preferible una retroalimentación visual».
Éxito con un enfoque centrado en el usuario
BRAVE desarrolló y probó conceptos para la interacción vehículo-entorno, concretamente para la inclusión de capacidades de predicción que puedan utilizarse para lograr reacciones más rápidas y mejores por parte de los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés). Estos conceptos anticipan sistemas que identifican adelantamientos de vehículos y la intención de los peatones de cruzar la calle. El equipo desarrolló dos ADAS predictivos y conceptos de interfaz persona-máquina para lograr una mayor adopción y validó su rendimiento. En las situaciones probadas, el sistema de predicción basado en inteligencia artificial de BRAVE tarda un segundo menos que los sistemas actuales en detectar los cambios de carril de los vehículos de delante y casi medio segundo menos que los conductores humanos. «Esto significa que los peligros potenciales o los riesgos para la seguridad pueden detectarse antes, por lo que es posible reaccionar antes y, con suerte, evitarlos», señala Skogsmo. Además, se desarrollaron protocolos de prueba que reconocen estos tipos de sistemas y se han propuesto para su inclusión en los procedimientos de prueba oficiales para la regulación y las pruebas de los consumidores (como EuroNCAP). Las acciones que ha realizado BRAVE hasta la fecha contribuyen a la estrategia Vision Zero proporcionando una interacción persona-vehículo más natural y segura que es aceptada por los usuarios. «Las personas deben participar en el desarrollo de soluciones de movilidad automatizada y conectada. El conductor no es el único que debe confiar en los vehículos automatizados. También tenemos que pensar en los otros usuarios de la vía pública, como los peatones, los motoristas y los ciclistas, así como en los conductores de coches convencionales o con un grado inferior de automatización», concluye Skogsmo.
Palabras clave
BRAVE, vehículos automatizados, usuario de la vía pública, seguridad vial, ADAS, interfaz persona-máquina, sistema avanzado de asistencia al conductor, nivel 3