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Complicity: Individual Responsibility in Collective Contexts

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Responsabilidad individual de los daños sistémicos

Una nueva investigación estudia el papel del individuo en los daños sistémicos causados de manera colectiva y qué pueden hacer para impulsar un cambio sistémico.

Sociedad icon Sociedad

Los daños sistémicos son causados o perpetrados por varios agentes diferentes de los que ninguno puede controlar el resultado directamente por sí solo. Entre los ejemplos comunes están el cambio climático, la explotación laboral y la infrarrepresentación de algunos grupos entre las posiciones de poder de la sociedad. «Aunque no puede responsabilizarse a ningún individuo de estos daños, lo que hacemos todos juntos, al sumarse una cosa a la otra, es muy importante —afirma Säde Hormio, investigadora en la Universidad de Helsinki—. De hecho, puede ser, por ejemplo, la diferencia entre unas emisiones estabilizadas y el caos climático». Con esto en mente, uno se pregunta: ¿Puede responsabilizarse a los individuos de los daños sistémicos? Con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos CIRICC, Hormio se propuso responder a esta pregunta. Concretamente, el proyecto apoyado por las Acciones Marie Skłodowska-Curie buscó explicar cómo y en qué formas puede responsabilizarse a un individuo por causar daños sistémicos de manera colectiva y cuándo debería responsabilizarse a un colectivo. «Comprender la forma en que nuestras acciones individuales pueden afectar al colectivo es el primer paso para abordar los daños sistémicos actuales», añade Hormio.

Definición de responsabilidad colectiva

Para comenzar, Hormio se centró en definir la responsabilidad colectiva. «Fuera del mundo jurídico, no está nada claro qué queremos decir cuando afirmamos que un colectivo organizado, como una empresa, es responsable de algo», explica Hormio. La investigadora argumenta que los colectivos organizados, como los gobiernos, las universidades y las empresas, son difíciles de ver directamente como agentes morales. Esto es porque los actores colectivos carecen de las emociones morales necesarias para sentir el impulso del razonamiento moral. Además, sus procesos mecanicistas de toma de decisiones no pueden, por sí mismos, reaccionar de forma reflexiva ante cuestiones morales. Dicho esto, Hormio señala que esos colectivos organizados pueden lograr un razonamiento moral a través de sus miembros. «En muchos sentidos, los actos y omisiones individuales no pueden separarse de los procesos colectivos de los que forman parte —comenta—. Además, las posiciones morales adoptadas por los actores morales individuales en sus papeles (y moldeadas por el “ethos” colectivo) dan lugar a la visión moral del actor colectivo sobre un tema». Basándose en esta filosofía, Hormio concluye que los actores colectivos son, de hecho, actores morales capaces de mantener sus propias opiniones morales y de expresar posturas colectivas. «Así, los actores colectivos, en tanto que actores morales, pueden considerarse responsables de sus actos y omisiones», agrega.

Motivar a las personas a actuar

Todo esto significa que los individuos no deberían considerarse principalmente votantes o consumidores aislados. Hormio señala: «Las contribuciones individuales a los daños sistémicos pueden ser tan pequeñas que no tengan un impacto relevante en los resultados colectivos, sean buenas o malas. Sin embargo, los individuos deben preocuparse por provocar cambios sistémicos». Para ilustrarlo, Hormio utiliza el ejemplo del cambio climático. «No emitimos gases de efecto invernadero en una aspiradora social —explica—. En vez de eso, somos miembros de varios colectivos que producen cantidades significativas de gases de efecto invernadero que, en última instancia, causan el cambio climático». Según Hormio, cuando hablamos de qué acciones individuales deberíamos adoptar para combatir los daños sociales, el solapamiento de los distintos colectivos organizados a los que pertenecemos debería cobrar protagonismo. «Deberíamos evaluar nuestro papel en los colectivos organizados para ver si podemos marcar la diferencia empujando al colectivo a adoptar políticas y procedimientos más neutros en carbono —concluye—. Se trata de un enfoque en el que debemos insistir en la filosofía política y el debate público, pues es fundamental para motivar a las personas a actuar».

Palabras clave

CIRICC, daños sistémicos, cambio sistémico, cambio climático, explotación, colectivo, responsabilidad colectiva, razonamiento moral

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