perspectivas sobre la vergüenza y el oprobio social en la política mundial
La vergüenza es una de las herramientas utilizadas para influir en los Estados para que se alineen con las normas internacionales. Ha provocado tanto conformidad como resistencia. Cuando se trata de comprender los mecanismos a nivel micro que desencadenan los procesos de conformidad o resistencia como resultado del avergonzamiento, existe un vacío notable en la bibliografía existente. El equipo del proyecto SWP, financiado con fondos europeos y el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie (MSCA), aborda esta carencia. «Centrándonos en Estados Unidos e Israel, nuestro objetivo era desarrollar un marco teórico para comprender la influencia de la vergüenza en el comportamiento de la política exterior estatal desde una perspectiva multidisciplinar», señala Carlotta Minnella, beneficiaria de una beca MSCA. Con ello, el equipo del proyecto pretendía responder a preguntas clave de la investigación: ¿qué estados emocionales desencadenan las estrategias de avergonzamiento? ¿En qué condiciones animan estas estrategias a los responsables políticos a alinear sus preferencias con las normas internacionales? ¿Qué actores son los destinatarios de tales estrategias y cómo afectan sus reacciones a las sanciones sociales al proceso de toma de decisiones de su organización?
Comprender la vergüenza: un marco novedoso
«En SWP se desarrolló un marco innovador para teorizar el vínculo entre los efectos de la vergüenza a nivel individual y grupal, basado en el concepto de vergüenza vicaria, es decir, la vergüenza experimentada como resultado de una acción llevada a cabo por un grupo de referencia, etiquetado como el "in-grupo". Este marco se adaptó a partir de aportaciones de la psicología social y cognitiva como Tangney, 2002 », destaca Minnella. El marco postula que las élites de los organismos gubernamentales pueden experimentar la vergüenza tanto a nivel individual como vicario como representantes de sus países en la escena mundial. «La vergüenza a nivel individual implica responsabilidad personal, mientras que la vergüenza vicaria no y depende del nivel de identificación con el propio país», añade Minnella. El marco puede dar cuenta de las formas matizadas en que la violación de las normas en la política internacional puede desencadenar sentimientos de vergüenza en los actores políticos.
Vergüenza y política mundial
El innovador estudio de SWP se basa en datos originales que mejoran la comprensión conceptual de la vergüenza y el oprobio social en la política mundial. «Además, el diseño de SWP permite diferenciar entre los sentimientos de vergüenza después de que se produce una violación de una norma internacional y después de que se ha producido la denuncia y el avergonzamiento por parte de terceros. Esto es importante porque nos permite evaluar hasta qué punto los responsables de la seguridad nacional han interiorizado algunas normas clave del sistema internacional», subraya Minnella. El equipo del proyecto descubrió que, aunque la violación de una norma internacional por parte del grupo de pertenencia/país de referencia provoca sentimientos de vergüenza en los funcionarios gubernamentales (tanto estadounidenses como israelíes), el hecho de nombrarlos y avergonzarlos no tiene ningún efecto sobre su estado emocional y no está correlacionado con una respuesta conductual positiva por parte de los responsables políticos. Sin embargo, se genera una respuesta conductual positiva cuando los sentimientos de vergüenza se desencadenan al adquirir conocimiento de una violación del grupo de pertenencia. «Por tanto, la vergüenza existe en la política mundial; parafraseando el famoso discurso de la ex embajadora Samantha Power a su homólogo ruso, las élites gubernamentales sí son "capaces de avergonzarse"», añade Minnella. Las implicaciones políticas de estas conclusiones, puestas a prueba por los funcionarios competentes de los países en cuestión, demuestran que nombrar y avergonzar no produce los efectos deseados, sino que más bien conduce a una respuesta negativa del comportamiento. «El caso de Israel y sus relaciones con la Unión Europea puede servir tanto para ilustrar las lecciones que hay que aprender como para contar un cuento con moraleja», concluye Minnella.
Palabras clave
SWP, vergüenza, política mundial, conformidad, resistencia
