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La ciencia detrás de nuestras películas navideñas favoritas

Un experto explica por qué las películas navideñas son tan populares y por qué las disfrutamos tanto.

La temporada navideña nos da ganas de acurrucarnos frente al televisor o al dispositivo de emisión en continuo para ver clásicos sentimentales como «¡Qué bello es vivir!» o comedias como «Solo en casa». ¿Y quién quiere admitir que disfruta con la programación predecible, cliché y muy cursi de Hallmark Channel? No hay nada más navideño que las películas sobre las fiestas. Carolina Alvarado, profesora adjunta de la Universidad Estatal de California, Chico, nos da cinco razones por las que nos hacen sentir bien(se abrirá en una nueva ventana).

Entrar en el país de las maravillas

En primer lugar, son una forma de evasión. «Las historias esperanzadoras y optimistas están específicamente diseñadas para hacernos sentir bien. En este género, siempre gana el bueno, las familias resuelven sus diferencias, hay dinero suficiente para los regalos y la gente encuentra una vida más sencilla y satisfactoria. … Nuestros protagonistas acaban "viviendo felices para siempre" y, por un momento, nosotros como espectadores podemos sentir que todo está bien en el mundo». Con estas películas se libera la hormona del bienestar conocida como dopamina. En segundo lugar, nos transportan a otro lugar y otro tiempo. «Sin darnos cuenta, emprendemos un viaje mental que nos permite conectar con una infancia despreocupada o con una época más sencilla y alegre de nuestras vidas. … No se trata de la historia en sí, sino de lo que simboliza para nosotros. … En muchos sentidos, ver películas navideñas, regocijarnos en el pasado y recordar los buenos tiempos puede aportarnos beneficios emocionales importantes. Y es que los recuerdos nostálgicos no sólo refuerzan nuestro sentido del yo, sino que también nos ayudan a aliviar los sentimientos de soledad». En tercer lugar, las películas festivas son una forma de reconectar. «Compartir películas con los seres queridos no sólo es una actividad agradable y entretenida, sino que fomenta la intimidad y la camaradería. Las investigaciones demuestran que la llamada "covigilancia" refuerza las conexiones sociales, fomenta la comunicación, favorece la empatía y ayuda a construir tradiciones».

Dar un paseo mágico en trineo con un final inspirador

En cuarto lugar, las tramas son muy previsibles, pero nos gustan así. Anhelamos el final feliz. «Sí, todo esto es difícilmente creíble en el mundo real. Pero en diciembre experimentamos una profunda debilidad por las historias cliché que reafirman la belleza del amor romántico, la unión familiar y la bondad humana. … En esta época del año, lo único que buscamos son historias inspiradoras y predecibles que nos hagan sentir cómodos y en control. Los psicólogos e investigadores explican que el cerebro procesa más fácilmente las cosas familiares y los patrones predecibles. Así que estas producciones "sin sorpresas" nos dan una sensación temporal de control y optimismo. Como conocemos la premisa y los temas, los ritmos, y sabemos el tono positivo del desenlace, sentimos que podemos bajar la guardia, sumergirnos en la trama y simplemente disfrutar». Por último, queremos identificarnos con los personajes. «Al identificarnos con una figura en la pantalla, podemos explorar partes de nuestra propia identidad en un espacio seguro. … A medida que los personajes se abren camino, vencen sus miedos y alcanzan sus aspiraciones, los espectadores también podemos descubrir cómo gestionar nuestra carga emocional; otro hecho importante es que las películas positivas ayudan a levantar la moral en tiempos difíciles».

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