Explicar la imagen de Japón en el imaginario de la extrema derecha
¿Cómo es que las representaciones de Japón se convirtieron en parte integral de las ideologías de extrema derecha? El proyecto financiado con fondos europeos YTOPIA(se abrirá en una nueva ventana) intentó abordar la cuestión analizando cómo se retrató a Japón en la Alemania nazi y la Italia fascista a mediados del siglo XX. En particular, el proyecto profundizó en la dimensión utópica de ciertas representaciones de Japón, que se convirtieron en la proyección de los valores y aspiraciones políticas de la extrema derecha europea.
Cuestiones relacionadas con las identificaciones colectivas
Con el apoyo de las acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana), el equipo del proyecto YTOPIA reunió al supervisor Toshio Miyake de la Universidad de Venecia(se abrirá en una nueva ventana) en Italia y a Nicola Bassoni, beneficiario de una beca Marie Curie. «Soy especialista en orientalismo y occidentalismo, concretamente en las representaciones del llamado Occidente en Asia, y las representaciones del llamado Oriente en Europa, más concretamente en Italia», explica Miyake. «Me interesan las cuestiones relacionadas con las identificaciones colectivas». Miyake recibió una beca Marie Curie en 2011 para un proyecto denominado BETWATE. El proyecto en particular se centró en los discursos y prácticas mutuos con respecto a «Japón» y «Oriente» en Italia y con respecto a «Italia» y «Occidente» en Japón. En 2022, Miyake fue contactado por Bassoni, un historiador especializado en la Alemania nazi y la geopolítica de la primera mitad del siglo XX. «Nicola también veía conexiones entre Italia y Japón, y quería entender esta fascinación», afirma Miyake.
Ideologías de extrema derecha y «utopía»
El proyecto llevó a Bassoni a Venecia, donde Miyake estaba trabajando sobre el orientalismo. El proyecto entremezcló diferentes perspectivas sobre la historia, la cultura y el poscolonialismo. En particular, a Bassoni le interesaba la contradicción inherente a las ideologías de extrema derecha que idealizan una «utopía». Si bien estas ideas priorizan el nacionalismo y la autoidentidad, también recurren a otros lugares que podrían inspirar y abordar lo que consideran deficiencias en sus propias civilizaciones. A tal efecto, Japón fue a menudo idealizado como un país «auténtico», «tradicional» y «homogéneo». El proyecto permitió a Bassoni pasar tiempo en la Universidad de Constanza en Alemania, así como en la Universidad Sangyo de Kioto en Japón. Ello le permitió aprender el idioma, tener acceso a fuentes primarias y trabajar con investigadores locales. Bassoni estudió el desarrollo de las imágenes alemanas e italianas de Japón en el período de entreguerras, comparando y contrastando las caracterizaciones culturales, sociales y políticas de Japón que transmitían.
Desafíos y contradicciones de la modernidad
Un beneficio clave del proyecto Marie Curie fue que permitió a Bassoni construir una red internacional de académicos e investigadores. El proyecto logró unir con éxito a personas que antes no estaban conectadas. El proyecto también tiene resonancia hoy. «El presente no es lo mismo que el pasado», señala Miyake. «Pero podemos ver que muchas cosas que ocurrieron vuelven a ocurrir». Miyake cree que la recurrencia persistente de la utopía en diferentes formas de posfascismo podría hablarnos de los desafíos y contradicciones de las sociedades que se adaptan a la modernidad. Señala la tensión inherente entre la internacionalización en el mundo moderno y la necesidad de identidades y mitos nacionales. «Quizá necesitemos una reflexión más amplia sobre cómo se crea la formación de la identidad».