Alimentos más seguros gracias a instrumentos avanzados
Los métodos modernos de producción de alimentos, aunque son, sin lugar a dudas, más seguros que los utilizados en el pasado, pueden dejar cantidades muy pequeñas de contaminantes tóxicos en los alimentos producidos. Dichas cantidades no suponen ningún riesgo para la salud, pero, como es evidente, merece la pena esforzarse en estudiarlas exhaustivamente y, en última instancia, erradicarlas por completo de nuestra alimentación. Concretamente, las operaciones de tratamiento que se siguen para la producción de productos alimentarios de gran consumo, como el vino y los zumos de frutas generan residuos tóxicos de cloropreno y el fungicida cloroanisol. Estos compuestos, que también se hallan en otros productos alimentarios, se encuentran en cantidades diminutas, de unas pocas partes por cada mil millones. Se ha llevado a cabo una investigación en la que se ha examinado una serie de operaciones de procesado de alimentos; su resultado ha sido la creación de un instrumento que mejora la rastreabilidad de los contaminantes tóxicos. Se creó un analizador de la seguridad alimentaria, que es un biosensor dotado de amplias características funcionales. Para el desarrollo del software del microprocesador se utilizó el lenguaje ensamblador, lo que garantiza una velocidad y un rendimiento máximos. La generación de señales se efectúa con las técnicas de pulso diferencial y de escalera. La interoperabilidad y la compatibilidad con otra maquinaria industrial estándar se consiguen con el sistema de programación Delphi 6 que permite, además, visualizar y comparar mediciones electroquímicas. El analizador de la seguridad alimentaria pretende proporcionar al consumidor alimentos seguros de alta calidad y será patentado muy pronto por la empresa creadora.