Prevenir el crecimiento de bacterias en las superficies de procesamiento de alimentos
Los agentes antimicrobianos tradicionales que se aplican sobre las superficies que entran en contacto con los alimentos y los productos alimenticios son a menudo volátiles y reaccionan y se degradan liberando en el medio ambiente compuestos de bajo peso molecular. Los materiales biocidas poliméricos representan una alternativa prometedora para superar estos problemas. El consorcio de investigación del proyecto BIOSURF, en el que participan pequeñas y medianas empresas (PYME) que cuentan con varios conceptos protegidos por patentes pertinentes, se propuso desarrollar y demostrar la validez del uso de superficies antidepósitos y antimicrobianas a base de polímeros funcionalizados. Cabe destacar que el equipo también incluyó en el estudio el desarrollo de la tecnología de vigilancia necesaria para garantizar el acceso al mercado de dichos productos y la seguridad de los consumidores a lo largo de toda la vida de los mismos. Mediante dos cuestionarios a los usuarios y la investigación in situ sobre materiales de embalaje, los investigadores identificaron bacterias diana específicas. A continuación, sintetizaron polinorbornenos aminofuncionalizados antimicrobianos, mezclaron con polipropileno los más prometedores y los utilizaron para revestir placas de acero inoxidable. Por otra parte, desarrollaron tecnologías de vigilancia tanto de las características antidepósitos como de las antimicrobianas. La primera se basa en un sensor de desarrollo de biopelículas, mientras que la segunda utiliza un sistema de reacción en cadena de la polimerasa fabricado a medida que sirve para determinar secuencias de ADN que permiten detectar las cuatro bacterias diana. Gracias al chapado de acero inoxidable, seguido por el recubrimiento con un polímero antimicrobiano, los investigadores consiguieron mejorar significativamente el desprendimiento de los microbios de las superficies, que antes se habían puesto en contacto con diversos alimentos y productos alimenticios. El sistema de vigilancia obtenido ofreció buenos resultados en las evaluaciones de biopelículas tradicionales. La tecnología antiincrustante («anti-fouling») dio lugar a la presentación de una patente. Los socios del proyecto esperan que las superficies antiincrustantes y los sistemas de vigilancia desarrollados tengan repercusiones positivas en la competitividad y la rentabilidad de las PYME del sector de la industria alimentaria. La comercialización de estos resultados servirá igualmente para mejorar de manera significativa la salud y seguridad de los consumidores de la Unión Europea.
