Indicadores de prácticas agrícolas ecológicas
La agricultura ecológica es un sistema de producción que no emplea fertilizantes ni plaguicidas sintéticos. La agricultura de bajos insumos, por su parte, se basa en reducir la utilización de dichos productos químicos, sin prescindir totalmente de ellos. Ambas recurren a métodos naturales para controlar la aparición de insectos, malas hierbas y otras plagas. Estas prácticas permiten reducir al mínimo el impacto medioambiental de la agricultura, al tiempo que favorecen la biodiversidad y proporcionan hábitats adecuados para distintas especies. Hasta hace poco, la contribución de estos sistemas agrícolas a la protección de la biodiversidad en Europa no había recibido la consideración y el reconocimiento debidos. Por este motivo, los responsables del proyecto Biobio («Indicadores de biodiversidad en los sistemas de agricultura ecológica y de bajos insumos») se han puesto manos a la obra para dar visibilidad a tales esfuerzos y elaborar un conjunto de indicadores a fin de evaluar la diversidad genética, de especies y de hábitats presente en los sistemas de agricultura orgánica y de bajos insumos. Tales indicadores deben ser tanto pertinentes desde un punto de vista científico como prácticos y fácilmente cuantificables. Alcanzar estas metas y abordar las contrapartidas asociadas a las mismas son los principales retos a los que se enfrenta el proyecto Biobio. Hasta la fecha, sus miembros han realizado un análisis científico de los indicadores existentes en materia de diversidad genética, de especies y de hábitats en las explotaciones agrarias. Asimismo, han seleccionado cuarenta y tres indicadores que se validarán en el marco de doce estudios de caso llevados a cabo en el territorio europeo con los que se pretende recabar información sobre el número y tipo de animales, especies cultivables, angiospermas, abejas y lombrices presentes en las explotaciones, así como sobre el uso de plaguicidas. Por otra parte, los socios del proyecto han elaborado un manual que recoge métodos armonizados para cuantificar los indicadores propuestos, aplicables a todo el territorio comunitario. Una vez finalizado el proyecto, se espera que la información brindada por tales indicadores sea de utilidad tanto para los responsables políticos como para la sociedad en general, y permita evaluar las medidas agroambientales, además de servir, por ejemplo, como base para el desarrollo de sistemas de etiquetado o certificación de productos agrícolas.
