Avances en la predicción de la respuesta del cáncer a la inmunoterapia
El cáncer es una de las enfermedades más difíciles de tratar, lo que provoca un enorme sufrimiento físico y psicológico a muchas personas en todo el mundo. El tratamiento dirigido frente al sistema inmunológico constituye uno de los métodos terapéuticos más prometedores contra esta enfermedad. Tal y como sugieren los resultados de los ensayos realizados con inmunoterapia, la inducción de respuestas de las células T específicas frente a los antígenos tumorales podría favorecer en algunos pacientes la desaparición del tumor o la estabilización de la enfermedad. Sin embargo, se desconocen las razones por las cuales la inmunoterapia no permite controlar ni destruir las células cancerosas residuales. Por este motivo, el proyecto ENACT, financiado por la UE, se planteó el objetivo de identificar marcadores tumorales asociados a la resistencia frente a la inmunoterapia. Con el fin de comprender los mecanismos responsables de la presentación antigénica y el reconocimiento de los tumores por los linfocitos T y las células asesinas naturales (NK), los investigadores emplearon una amplia variedad de técnicas celulares, inmunológicas, bioquímicas y de biología molecular. Las muestras clínicas, recopiladas por todos los miembros del proyecto, se emplearon en ensayos inmunológicos y análisis proteómicos dirigidos a la identificación biomarcadores iniciales. Los científicos detectaron polimorfismos en los genes del receptor MHC I de presentación antigénica y en el receptor de tipo inmunoglobulina de las células asesinas (KIR) en muestras de cáncer de próstata y melanoma. Junto con los datos acerca del repertorio de anticuerpos, esta información se empleó como indicador de la respuesta a la inmunoterapia de pacientes con melanoma. La importancia de los indicadores relacionados con la inmunoterapia descubiertos por el proyecto ENACT es enorme, puesto que podrían ser utilizados para diseñar ensayos que permitan predecir la respuesta de los pacientes a la terapia. Además de facilitar la administración de un tratamiento específico para cada tipo de paciente, esta información podría servir como punto de partida para el desarrollo de vacunas de «última generación».