África y Europa unidas contra el paludismo
El paludismo es una de las enfermedades parasitarias tropicales más importantes del mundo, con entre 300 y 500 millones de casos nuevos cada año. Su tasa de mortalidad es elevada, hasta el punto que se calcula que provoca entre uno y dos millones de muertes anuales, principalmente entre niños pequeños. La creciente resistencia a los fármacos antipalúdicos actuales hace necesario adoptar medidas innovadoras contra esta enfermedad infecciosa mortal. Las terapias de combinación de fármacos basados en la artemisinina suponen una de las soluciones, si bien conllevan el riesgo de perder eficacia debido a resistencias adquiridas por los parásitos. Para prevenir este hecho, el proyecto financiado con fondos europeos MALACTRES investigó la existencia de genes de resistencia específicos asociados a una transmisión superior del parásito tras aplicar un tratamiento. Sus responsables realizaron ensayos de terapia de combinación basada en la artemisinina y evaluaron la influencia de varios genes en la prevalencia, la longevidad y la transmisión de parásitos. El análisis genético de los parásitos que peor responden a una terapia de combinación basada en la artemisinina podría dar lugar a la identificación de marcadores de resistencia. En el proyecto también se dedicó un esfuerzo considerable al desarrollo de ensayos de diagnóstico molecular basados en la reacción en cadena de la polimerasa que podrían utilizarse para detectar todo tipo de parásitos mediante una muestra de sangre. Los socios confían en que estas pruebas sirvan para identificar infecciones candidatas de manera fiable y rápida. El estudio de MALACTRES supone una victoria puntual en la guerra contra la resistencia farmacológica al aportar información de valor incalculable sobre marcadores genéticos posibles implicados en esta patología. Todo ello, unido a un sistema de diagnóstico rápido, servirá para sentar las bases de un sistema de terapias de combinación que logren erradicar el paludismo.