Rectificar la gradación en materia de salud
Los niños y jóvenes de todas las sociedades europeas sufren con más intensidad diversos problemas físicos y mentales cuanto más baja es su posición en la escala socioeconómica y estos problemas repercutirán en su salud y en sus oportunidades futuras. Esto no se refiere únicamente al acceso y la calidad de los servicios sanitarios, sino, en general, a las condiciones en las que viven, aprenden y crecen. El proyecto Gradient, financiado con fondos comunitarios, tuvo como objetivo dar con fórmulas para mejorar esta situación. El proyecto se ocupó de evaluar qué tipo de políticas podrían resultar efectivas y recomendar enfoques para «nivelar» las diferencias entre niños, jóvenes y familias. Los resultados de Gradient apuntan a que ninguna política o estrategia puede reducir las desigualdades de salud por sí misma, sino que es necesaria una estrategia global de gobierno para mejorar el nivel de bienestar. Con estos resultados en la mano, los responsables del proyecto han pedido a los gobiernos y al sector privado que desarrollen estrategias coherentes en todos los sectores de actuación. Resaltaron que las inversiones para identificar las causas de la mala salud en los niños podrían generar beneficios sociales y económicos significativos. En su afán por encontrar formas que equilibren las desigualdades en salud, los responsables del proyecto hicieron hincapié en la pobreza, los índices de abandono escolar, las madres trabajadoras y la educación en la infancia. Cabe destacar que en las entrevistas con los responsables políticos se puso de manifiesto que el diseño de políticas mejora cuando los jóvenes y las familias participan en el proceso. Una de las actividades del proyecto consistió en analizar por primera vez la relación entre el capital social de la comunidad y la salud de niños y jóvenes. Como resultado, se averiguó que cuando se aumenta el capital social, los beneficios para la salud son más palpables en niños y jóvenes desfavorecidos que viven en entornos con un capital social bajo, lo que supone un punto de partida importante para reducir las desigualdades en salud. Es por ello que se recomienda a los responsables políticos que midan regularmente el capital social de la comunidad y valoren los efectos que tienen los programas actuales en el capital social para desarrollar programas nuevos. En este contexto, por medio del proyecto Gradient se desarrolló un marco de evaluación, una herramienta política de autoevaluación e indicadores comunes que permitan a los gobiernos de la UE valorar las medidas en materia de salud. Los participantes en el proyecto publicaron un libro titulado «The Right Start to a Healthy Life» para ayudar a los responsables políticos a tomar medidas más adecuadas en materia de salud que permitan alcanzar sociedades más inclusivas, cohesionadas y sostenibles. A través de estudios comparativos y una revisión exhaustiva de la gradación social en materia de salud, el proyecto ha sentado las bases para una sociedad mejor, que empieza por la salud de los niños.
