Capital intangible para impulsar el crecimiento
La inversión en intangibles tales como el conocimiento, la investigación, el desarrollo, la formación, la innovación y las tecnologías de la información supone un importante factor para impulsar el crecimiento inteligente en toda Europa. El proyecto «Intangible capital and innovations: Drivers of growth and location in the EU» (INNODRIVE), financiado con fondos europeos, investigó la capacidad que presenta el capital intangible de generar crecimiento a nivel corporativo y nacional, y definió una serie de intangibles entre los que se incluyen derechos de innovación, investigación y desarrollo (I+D) científico y no científico, licencias o patentes, aplicaciones informáticas, inversión en reputación (publicidad), formación específica de cada empresa y capital de organización. El estudio arrojó una serie de conclusiones de gran importancia relacionadas con el impacto que tienen los intangibles en la economía. Por ejemplo, el equipo del proyecto puso de relieve que el producto interior bruto (PIB) en la UE era un 5,5 % mayor si se contabilizaban todas las inversiones en intangibles. Por ello, no incluirlos en las cuentas nacionales no solo provocó una subestimación del PIB en la misma proporción, sino que causó una infravaloración del crecimiento de la productividad de la mano de obra de entre el 10 y el 20 %. Asimismo, el equipo del proyecto generó nuevos datos sobre intangibles a escala de empresa utilizando estimaciones del capital de naturaleza inmaterial basadas en gastos y resultados. Esta conclusión ofreció una imagen más nítida de los activos intangibles, reduciendo la gran diferencia existente entre sus valores de mercado y sus valores contables. Además, el proyecto demostró que el capital de organización empresarial generado por la gestión y el marketing es en general superior al propio esfuerzo en I+D. Partiendo de la idea de que la innovación es mucho más que I+D, el proyecto puso de relieve cómo la inversión en intangibles, como las competencias de la empresa —incluida la inversión en la organización— proporciona una valoración más precisa de la intensidad innovadora. En este sentido, una de las principales conclusiones del proyecto subraya que para que las políticas no se centren únicamente en fomentar la inversión en I+D, debería hacerse hincapié en la importancia de la diversidad del capital intangible. Posteriormente, el equipo del proyecto examinó los intangibles en países de la UE como Bélgica, República Checa, Alemania, Francia, Hungría, Países Bajos, Finlandia, Suecia y Reino Unido, e investigó también los casos de Portugal, Italia, Grecia y España (PIGS), cuyas políticas de inversión se basan más en elementos tangibles que en intangibles. Estos últimos han sufrido más en términos relativos el desplazamiento de la producción fuera de las fronteras del continente, principalmente a Asia, y reconocer este fenómeno puso de manifiesto una serie de tendencias de gran utilidad que podrían reforzar aún más la formulación de políticas. Asimismo, el proyecto INNODRIVE analizó cómo los nuevos porcentajes del PIB atribuidos a intangibles varían considerablemente entre los distintos países europeos, y los motivos de estas diferencias. Otras importantes conclusiones incluyeron el impacto medio de la capitalización de intangibles en el PIB; las estructuras de los elementos intangibles en los diversos países, y cómo la acumulación de capital intangible fomenta el bienestar y la productividad de los empleados. En definitiva, estas tesis contribuirán a reforzar las políticas en materia de intangibles, tanto a nivel nacional como corporativo, facilitando la posibilidad de contar con una sólida economía del conocimiento que permita fomentar el crecimiento.
