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HUMAN ADAPTATIONAL PATTERNS TO ARID ENVIRONMENTS IN NORTH AFRICA

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La alimentación: un factor esencial para la adaptación al cambio climático durante la Edad de Piedra

Consumir alimentos de proximidad es el último grito y los beneficios de una dieta equilibrada son indiscutibles. Un equipo de paleontólogos financiado con fondos comunitarios ha descubierto que los hábitos alimenticios son una de las claves que explican por qué los habitantes de la actual Libia lograron adaptarse al cambio climático que se produjo en tiempos prehistóricos, durante la Edad de Piedra.

Las sociedades modernas podrían beneficiarse de un conocimiento más profundo de cómo sus antepasados prehistóricos adaptaron su dieta y utensilios culinarios a los cambios climáticos bruscos. Sin embargo, es poco lo que se sabe sobre cómo reaccionaron ante el cambio climático los seres humanos del Pleistoceno Superior. Dado que los cambios medioambientales provocados por las alteraciones climáticas varían de una región a otra, los problemas que provocan son distintos y deben solucionarse de distinta forma. Esta variabilidad limita las conclusiones de los investigadores a deducciones generales sobre la capacidad de adaptación de nuestros predecesores. Un equipo de investigación recibió fondos de la Unión Europea para abordar este problema en el marco del proyecto «Human adaptational patterns to arid environments in North Africa» (HUMANARIDADAPT).Durante decenas de miles de años, el ser humano ha habitado la cueva de Haua Fteah, ubicada en la región de Cirenaica, al noreste de Libia. Los artífices del proyecto HUMANARIDADAPT analizaron los artilugios hallados en dicha gruta y los compararon con los de la zona magrebí de Libia. Concretamente, el equipo analizó las características físicas de las herramientas de la Edad de Piedra, tales como su tamaño o su forma, así como el material del que estaban fabricadas, los residuos orgánicos y el desgaste que presentaban debido al uso.HUMANARIDADAPT constató que los artilugios de Haua Fteah de la era oraniense (hace entre 17 000 y 11 500 años) eran bastante más pequeños que los de la cultura Dabba (hace entre 42 000 y 17 000 años). Las innovaciones «microlíticas» oranienses estaban localizadas y eran toscas, lo que da muestra de los efectos del cambio climático a escala local. Las herramientas iberomaurisienses halladas en la región del Magreb, por su parte, no sufrieron apenas cambios durante los últimos 24 000 - 10 000 años.Cabe destacar que los oranienses fabricaban herramientas más especializadas. El Dr. Mutri descubrió que las herramientas oranienses eran el resultado de la diversificación de la dieta y habían contribuido a la transición de esta cultura cazadora-recolectora hacia una alimentación más rica. Los oranienses desarrollaron herramientas adaptadas a la caza mayor y otras especialmente indicadas para la recolección de plantas, además de algunas diseñadas para trabajar determinados materiales como el hueso, las conchas o la madera. Todas estas adaptaciones permitieron a los usuarios de las herramientas oranienses subsistir con una cuenca alimentaria menor que la que seguramente necesitaron sus predecesores.La siguiente fase de HUMANARIDADAPT consiste en comparar los artilugios de Cirenaica y del Magreb con datos paleomedioambientales y paleoeconómicos contrastados sobre estas regiones. Con ello, el equipo pretende ofrecer la primera descripción precisa de las interacciones entre los cambios climáticos, los patrones sociales y de subsistencia y el desarrollo tecnológico alcanzado en Libia en tiempos prehistóricos.

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