Prueba de mecanismos invasores en las Galápagos
Muchas especies invasoras perjudican a las especies autóctonas y modifican el funcionamiento de los ecosistemas, por lo que hacen falta experimentos punteros para determinar y mitigar los efectos de las especies invasoras. Este guante lo recogieron ecologistas de la UE que estudiaron el árbol del quino (Cinchona pubescens) y el éxito de su invasión de las islas Galápagos. Las altiplanicies desarboladas de la isla de Santa Cruz, en el archipiélago de las Galápagos, se están transformando en hábitats forestales tras la introducción del quino. El proyecto «Testing mechanisms of species invasion in Galapagos: Role of resource competition and species traits» (TEMSPIG) investigó los cambios producidos en el ecosistema tras la introducción de este árbol y el papel de los hongos micorrícicos en el proceso de invasión. Los estudios mostraron que bajo los árboles del quino se reducían la temperatura del aire y la intensidad de la luz y aumentaba la humedad presente en el aire y el suelo, lo que generaba un microclima en el área circundante. Al eliminar la sombra producida por el quino, reaparecían las especies vegetales autóctonas. Asimismo, se examinó si el quino alteraba el ciclo de los nutrientes del suelo y se descubrió que las concentraciones de nutrientes en las hojas eran superiores y la descomposición se producía con mayor rapidez que en el caso de las especies autóctonas. Además, las hojas antiguas de quino contenían niveles de fósforo muy superiores a los presentes en las hojas verdes. Estos resultados apuntan a una descomposición más rápida del mantillo y a un incremento de los nutrientes disponibles en las zonas invadidas por el quino, lo que podría favorecer el crecimiento de este árbol y otras especies introducidas, con el consiguiente impacto sobre las especies autóctonas, en las tierras altas de la isla de Santa Cruz. También se investigó el papel de los hongos micorrícicos en la absorción de fósforo por parte del quino y se compararon las raíces de quinos presentes en las Galápagos con las raíces de ejemplares procedentes de su área de distribución en Loja (Ecuador). Los resultados mostraron un mayor grado de micorrización en las muestras de las Galápagos y una respuesta más acusada a los nutrientes. Gracias al proyecto TEMSPIG, se aprendieron nuevas técnicas de biología experimental y molecular que se emplearon para comprobar hipótesis sobre los efectos del quino en la vegetación autóctona de los altiplanos de las Galápagos y el papel de los hongos micorrícicos para facilitar la invasión por parte de esta especie. Asimismo, los datos del proyecto TEMSPIG se integraron en un plan de gestión para mejorar las técnicas de control de especies introducidas.