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Menos obstáculos a la adopción de tecnologías de energía limpia en Europa

Las fuentes de energía eólica, solar, hidroeléctrica y geotérmica, así como la biomasa se consideran fuentes de energía renovables (FER). La Unión Europea (UE) tiene en su mano aumentar la proporción de FER para abastecer las necesidades energéticas para así reducir la dependencia de combustibles fósiles importados y mejorar la sostenibilidad de la producción de energía. Por tanto, acelerar la adopción de las fuentes de energía renovable es clave para el proceso de descarbonización y la mitigación del cambio climático. Este Results Pack de CORDIS cuenta con diez proyectos financiados con fondos europeos dedicados a fomentar comercialización de fuentes de energía renovables y eliminar obstáculos y resistencias al empleo de fuentes de energía más sostenibles.

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Un decenio de grandes logros

La producción de energía basada en fuentes renovables no deja de aumentar a buen ritmo gracias a la adopción de legislación específica de la UE, las directivas sobre fuentes de energías renovables y la creación de tecnologías más eficaces y rentables. La Directiva sobre fuentes de energía renovables (2009/28/CE) estableció como objetivo vinculante para 2020 que el 20 % de la cuota global de energía debería proceder de fuentes renovables. Cada país de la UE estableció sus propios objetivos, que van desde el 10 % de Malta al 49 % de Suecia. La cuota de FER en la cesta energética de la UE alcanzó el 17,5 % en 2017, desde el 11,3 % en 2008, antes de la entrada en vigor de la Directiva sobre RES. Los objetivos sobre energía renovable para 2020 han desempeñado una función crucial en esta evolución y la UE se encuentra una posición ideal para cumplir con sus objetivos. No obstante, Europa ha desarrollado y tiene el reto de aplicar un nuevo programa para impulsar durante un decenio adicional la producción de energía renovable. Según los datos del último informe bienal publicado en 2019 por Eurostat, se confirma que la gran mayoría de los países de la UE van camino de alcanzar sus objetivos vinculantes para 2020 en materia de energía renovable, y según explicó en febrero de 2019 el Comisario Europeo de Acción por el Clima y Energía Miguel Arias Cañete: «[...] once Estados miembros ya superan sus objetivos nacionales. En una Europa neutra en cuanto al clima, la generación eléctrica debe descarbonizarse por completo para 2050 y más del 80 % de la electricidad de la UE se producirá mediante FER». No obstante, hizo hincapié en que será necesario seguir esforzándose a escala nacional para cumplir con estos objetivos.

Objetivos ambiciosos para 2030

En diciembre de 2018, entró en vigor la Directiva revisada sobre fuentes de energía renovables 2018/2001/UE. Sus ambiciosos objetivos establecidos para 2030 (un objetivo vinculante de energía renovable de al menos el 32 % a escala de la UE) precisa una adopción y una aceleración comerciales del mercado de las tecnologías renovables. Además de los desarrollos tecnológicos necesarios, basados en la reducción de costes y la mejora de los objetivos de rendimiento tal y como se describe en el Plan EETE, resulta fundamental abordar varios retos no tecnológicos que aún menoscaban la adopción a gran escala de las tecnologías de FER. Será necesario, por tanto, contar con políticas paneuropeas e iniciativas de desarrollo de capacidades, aumentar la concienciación, lograr mejoras en los marcos normativos y financieros y capacitar a consumidores y prosumidores. La UE, a través de su programa Horizonte 2020, se compromete a encontrar y apoyar soluciones innovadoras que ayuden a Europa a alcanzar estos objetivos, como por ejemplo las que aprovechan desde la luz y el calor solares a la temperatura de las profundidades terrestres, pasando por todo el espectro intermedio.

Los obstáculos a la implantación de las energías renovables son derribables

Los proyectos presentados en este folleto suponen una sucesión de iniciativas financiadas con fondos europeos en el marco del programa Horizonte 2020 dedicadas en concreto a eliminar los obstáculos comerciales y a acelerar la adopción de tecnologías de energía renovable. Entre ellas se incluyen instrumentos financieros como las subastas, que se están popularizando como apoyo a las políticas sobre energía renovable: AURES y AURES II identificaron y evaluaron opciones de diseño posibles para subastas y sus efectos en los mercados y mecanismos sobre política energética bajo una serie de condiciones. A escala regional, CoolHeating respaldó la puesta en funcionamiento de pequeñas redes modulares de calefacción y refrigeración en el sureste europeo mediante una estrategia comercial mejorada y sistemas de financiación innovadores. El impacto de los usuarios de energía que producen y consumen electricidad, esto es, los prosumidores, se abordó en PV-Prosumers4Grid. El proyecto BestRES exploró la agregación de varias fuentes de energía renovable distribuidas. Para generar «aldeas bioenergéticas» es necesario llevar los planteamientos de la bioenergía hasta la fase de financiación. BioVill trabajó en estas aldeas en Croacia, Serbia, Eslovenia, Macedonia del Norte y Rumanía hasta habilitarlas para que pudieran cooperar con los mercados asentados de Austria y Alemania. Y, por último, los socios de WinWind redactaron una serie de medidas de buenas prácticas a partir de sus propios países para aumentar la aceptación social de la energía eólica en las regiones objetivo. La biomasa también es una fuente valiosa de energía renovable y SECURECHAIN trabajó para garantizar la gestión más adecuada de la cadena de suministro europea de la biomasa leñosa. El objetivo del proyecto SEEMLA fue obtener un gran rendimiento energético de tierras marginales, mientras que el de la iniciativa uP_running fue extraer energía de la madera de poda.