Navegación segura: un marco revolucionario para evaluar el riesgo de inundación
Comprender la forma en que los buques pueden sobrevivir mejor a las inundaciones ha sido un proceso constante de mejora científica, tecnológica y normativa que se ha desarrollado a lo largo de más de un siglo. Tras el devastador naufragio del transbordador Estonia en el mar Báltico en 1994, se han intensificado los esfuerzos para mejorar la capacidad de supervivencia de los buques. La Unión Europea ha financiado una serie de proyectos como respuesta a esta catástrofe, empezando por SAFER EURORO en 1997 y siguiendo con otros como NEREUS y GOALDS, hasta culminar en FLARE.
Mejorar la respuesta a los accidentes por inundaciones
El equipo de FLARE desarrolló un marco de análisis de riesgos para evaluar la vulnerabilidad de los buques de pasaje ante las inundaciones y la estabilidad después de averías. El marco ha mostrado importantes avances en la reducción del riesgo de inundación hasta niveles equiparables a otros riesgos graves como los incendios. «La metodología de FLARE, respaldada por medidas de mitigación del riesgo de inundación, podría ayudar a disminuir en un 60 % los daños a los buques y las pérdidas de vidas en caso de inundación», afirma el coordinador del proyecto, Stephan Wurst. «La aplicación de las medidas de mitigación recomendadas a los buques actuales reducirá los riesgos de inundación y permitirá adoptar una estrategia más integral y rentable para gestionar los riesgos en el sector marítimo», añade Wurst. «Sin duda, nuestra propuesta innovadora atraerá la atención sobre los buques actuales y, con el tiempo, dará lugar a un método unificado para los proyectos de construcción de nuevos buques». Uno de los aspectos más destacados del nuevo marco desarrollado en FLARE fue la posibilidad de demostrar cómo la estructura con capacidad de absorción de energía de choque conseguía reducir el alcance de los daños causados sin derrumbarse. El marco contempla dos niveles para calcular el riesgo y mejorar las estadísticas sobre daños, que incluyen el encallamiento del buque (de fondo o lateral) y las colisiones. Se investigó una amplia gama de opciones para controlar riesgos, lo cual permitió a los ingenieros navales aplicar el marco de forma exhaustiva. «Los valores revisados de calado y permeabilidad realistas se incluyen en los cálculos de estabilidad después de averías, lo cual permite abordar con mayor exhaustividad los daños causados. Este planteamiento unificado y al margen de las zonas se aplicó satisfactoriamente en la práctica», señala Wurst.
Una alternativa mejor al estado actual de la tecnología
Los ambiciosos objetivos establecidos en el proyecto FLARE se han cumplido y suponen un gran avance para la ciencia y la tecnología marítimas en comparación con normativas existentes como el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS). «Las posibilidades que ofrecen las distintas medidas de mitigación y opciones de control de riesgos de FLARE para reducir los riesgos pueden medirse en comparación con la normativa actual, que dificulta a los ingenieros el diseño de buques innovadores», señala Dracos Vassalos, catedrático de la Universidad de Strathclyde (el Reino Unido). Aunque el Convenio SOLAS contempla daños menos extensos que el máximo posible, algunos parámetros de diseño de buques que resultan esenciales para la estabilidad se basan principalmente en estadísticas de los buques de carga en vez de en buques de pasaje. Sin embargo, los buques de carga y de pasaje presentan diferencias claras en sus estadísticas de daños. «La estipulación del Convenio SOLAS, el índice de compartimentado R exigido, omite la referencia a una métrica de seguridad transparente —la posible pérdida de vidas— que sí se abordó en FLARE», explica Vassalos. Además, este índice únicamente describe las colisiones y no los casos de encallamiento. Estudios recientes sugieren que los encallamientos laterales o de fondo son mucho más frecuentes que las colisiones y representan más del 70 % del riesgo de inundación. Hasta ahora, el Convenio SOLAS únicamente contemplaba las colisiones como los principales peligros que amenazaban la estabilidad después de averías. En SOLAS, la estabilidad después de averías y el tiempo de evacuación se han tratado por separado. «Otra de las lecciones aprendidas es que los cruceros, cuando se hunden, actúan de forma diferente a los buques de carga y de pasaje de transbordo rodado (RoPax, por sus siglas en inglés), lo cual repercute directamente en los tiempos de evacuación existentes. Los transbordadores RoPax suelen hundirse más rápido», afirma Vassalos. Las estrategias de FLARE para maximizar su repercusión se basaron en la estrecha cooperación entre el mundo académico, la industria y los responsables políticos. Las actividades del proyecto se presentaron en notas de prensa, seminarios web, conferencias y talleres.
Palabras clave
FLARE, riesgo de inundación, estabilidad después de averías, encallamiento, SOLAS, buques de pasaje, índice de compartimentado R exigido