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Industrialization and commercialization of a competitive, sustainable and consumer oriented alternative animal protein source

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Una carne sostenible y sin sacrificios elimina la necesidad de matar animales

La carne cultivada es una alternativa ética a la ganadería industrial, reduce las enfermedades de transmisión animal y no produce gases de efecto invernadero por fermentación entérica.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

La producción de proteínas animales mediante cultivos celulares en un entorno controlado, conocida en el sector como «carne cultivada», no utiliza antibióticos ni hormonas y no presenta ninguno de los problemas de bienestar animal ni medioambientales asociados a la ganadería industrial. «Nuestra tecnología utiliza células animales para cultivar carne sin necesidad de sacrificar al animal ni tener muchos animales para producir carne», explica el coordinador del proyecto Meat4All, Iñigo Charola, cofundador y director general de BioTech Foods en San Sebastián (España). Se toma una pequeña muestra —una biopsia— de un animal sano. A continuación, se aíslan las células musculares y se cultivan en un entorno industrial que reproduce las condiciones de esas células en el animal vivo. Esto implica mantener la temperatura de los animales —37 °C—, alimentarlas con minerales, vitaminas y aminoácidos y suministrarles oxígeno, todo ello sin dañar ni estresar las células. «Desde el punto de vista nutricional, el músculo aporta la proteína —explica Charola.— Una vez que aíslas esas células, puedes utilizarlas para producir carne durante mucho tiempo». «Cuando reproduces las mismas condiciones que en el animal, las células hacen lo que están programadas para hacer: crecer y luego diferenciarse en músculo. Luego lo recogemos en forma de producto que puede transformarse en productos de consumo como hamburguesas, salchichas, “nuggets” y otros formatos que tienen el sabor y la textura de la carne tradicional».

Fabricación a un precio asequible

Antes del proyecto Meat4All, financiado con fondos europeos, la mayoría de los componentes utilizados para alimentar las células eran caros y se empleaban sobre todo en la industria farmacéutica. «Logramos encontrar ingredientes alternativos para los medios de cultivo que alimentan a las células que fuesen de calidad alimentaria en lugar de farmacéutica. Trabajar en las formulaciones de los medios de cultivo nos permitió reducir el coste de forma espectacular», afirma Charola. Tras demostrar que funciona en una planta piloto, BioTech está invirtiendo 36 millones de euros en una nueva planta en San Sebastián, donde comenzará la producción en 2024, seguida del lanzamiento comercial. El objetivo es alcanzar una capacidad de producción de 4 000 toneladas anuales de carne cultivada, añade.

Ventajas en materia de sostenibilidad

La carne cultivada en un entorno sin contacto con animales evita las enfermedades de transmisión animal y el uso de antibióticos. También requiere una cantidad de animales mucho menor, lo que resulta beneficioso para el planeta. «La producción de carne supone una demanda importante de recursos naturales: el 38 % de la tierra habitable del mundo se utiliza para alimentar animales y eso no es para nada sostenible», señala Charola. «Para producir 1 kg de carne de vacuno se necesitan unos 15 415 l de agua para todo el ciclo de producción, incluido todo lo que se da de comer al animal. Se calcula que necesitaremos entre un 90 y un 95 % menos de agua para producir carne [cultivada]». La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que la ganadería es responsable del 14,5 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en el mundo, principalmente de metano. La carne cultivada puede reducir estas cifras. «No tenemos el animal, solo las células, por lo que no se produce metano por fermentación entérica», dice Charola.

¿Una solución aceptable para los consumidores?

Los estudios de mercado realizados en muchos países han revelado que los más jóvenes están dispuestos a aceptar nuevas tecnologías que contribuyan a una producción alimentaria más sostenible. Sin embargo, en la actualidad, los productos cárnicos cultivados solo están autorizados en Singapur. Dadas las restricciones a la producción a gran escala en muchas regiones, aún no se han realizado pruebas de sabor para los consumidores de esta u otras carnes cultivadas financiadas con fondos europeos, como las relacionadas con los proyectos CULTURED BEEF y CCMeat. Según Charola: «los alimentos solo pueden tener éxito cuando cumplen dos criterios: te gusta lo que comes y te lo puedes permitir». Más allá de eso, para que los nuevos alimentos sean aceptados, «es importante comunicar de manera transparente, para que los consumidores tengan toda la información sobre sus beneficios».

Palabras clave

Meat4All, carne cultivada, gases de efecto invernadero, metano, antibióticos, recursos naturales, carne de vacuno, alimentos

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