¿Cómo se crían los mosquitos?
A menudo se piensa en los mosquitos como molestos hematófagos que causan picor y transmiten enfermedades. Entonces, ¿por qué querría alguien criarlos? La respuesta está en los programas de gestión en los que se liberan millones de machos estériles en un entorno, lo que impide que los mosquitos salvajes se apareen, colapsando así la población local. Aunque la malaria mata a cientos de miles de personas cada año, sólo un puñado de las tres mil quinientas especies de mosquitos pueden transmitirla. Además, sólo nos pican los mosquitos hembra. «La principal fuente de alimento de los mosquitos macho es el néctar de las flores, no la sangre», explica Lepek, director general de Senecio Robotics. Según Lepek, al comer este néctar, los mosquitos macho polinizan las plantas. «En lugar de utilizar insecticidas y matar insectos indiscriminadamente, debemos encontrar la forma de eliminar con precisión los mosquitos hematófagos y portadores de enfermedades, preservando al mismo tiempo el ecosistema y sin perjudicar a otras especies». Para ello, hay que saber cómo criar mosquitos.
Todo comienza con la alimentación y la cría
Según Lepek, que explota un criadero de mosquitos en Israel, la cría de mosquitos tiene muchas similitudes con la agricultura tradicional. Se mantiene a los mosquitos en celdas, se alimentan, se cuidan y se trabaja para que se reproduzcan. «Me enorgullece decir que los mosquitos que criamos llevan una vida estupenda en nuestro laboratorio, tienen todas sus necesidades cubiertas, para garantizar que criamos mosquitos felices y competitivos», afirma Lepek. La alimentación empieza por darles el azúcar y el agua que necesitan para estar fuertes y sanos. Una vez que se han apareado, las hembras reciben diferentes tipos de sangre, normalmente de ganado vacuno u ovino (aunque se sabe de pequeños criadores de mosquitos que simplemente meten la mano en una celda). «Nos dimos cuenta de que el origen de la sangre puede influir en la calidad y cantidad de los huevos que pone una hembra», señala Lepek.
De huevos a adultos
Una vez puestos, los huevos se sacan de las celdas y se almacenan, normalmente en algún tipo de agua o estructura húmeda. Dependiendo de la especie de mosquito, las larvas suelen eclosionar de los huevos en cuestión de horas. Estas larvas se transfieren a bandejas de agua, con miles de individuos por bandeja. Aquí se les alimenta con polvo de pescado y se les cría en un entorno de temperatura y humedad rigurosamente controladas. «Esto es esencial para prevenir enfermedades, que podrían provocar el colapso de la colonia», explica Lepek. En una semana, las larvas se desarrollan, convirtiéndose primero en pupas y, uno o dos días después, emergiendo como mosquitos adultos.
Clasificación de los mosquitos macho y hembra
Cuando los mosquitos alcanzan la madurez, en el criadero de Lepek se utiliza un sistema muy avanzado, que se desarrolló con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos RoboSIT, para separar los machos de las hembras. «Con nuestro sistema se pueden clasificar millones de mosquitos a la vez, envasándolos en tubos o platos», afirma. Los machos destinados a ser liberados serán irradiados y esterilizados. «Así, cuando se sueltan en patios, parques y barrios, pueden dedicarse a fecundar plantas, pero no hembras», concluye Lepek. El resultado neto es una reducción drástica de las poblaciones locales de mosquitos en pocas semanas, todo ello sin necesidad de insecticidas potencialmente nocivos. En cuanto a los mosquitos restantes, incluidas las hembras, muchos son devueltos a las celdas del criadero, donde pueden aparearse, poner huevos y comenzar el siguiente ciclo de cría de mosquitos. Puede leer más sobre la investigación de Lepek y la tecnología de clasificación, envasado y envío de mosquitos aquí: Utilizar la tecnología para aplastar el riesgo de los mosquitos.
Palabras clave
RoboSIT, mosquito, criadero de mosquitos, néctar, sangre, polinizar, insecticida, larva, pupa