Alivio del dolor inducido por la inflamación
La artritis y las enfermedades reumáticas causan inflamación en las articulaciones y los huesos, produciendo rigidez, hinchazón y, lo que es peor, dolor. Los esfuerzos realizados en la búsqueda de formas para aliviar el dolor y las limitaciones que acarrea la inflamación aguda local han mostrado que los mediadores lipídicos podrían actuar como «señales de frenado» en la inflamación. Dos de estos mediadores son las lipoxinas y las resolvinas. Se ha demostrado que la administración de lipoxinas en la médula espinal alivia el dolor producido por la inflamación sin alterar el estado inflamatorio periférico. El proyecto Inflammationpain está estudiando si las resolvinas también poseen esta capacidad. La nocicepción es el proceso mediante el cual se envía una señal a través de la médula espinal hasta el cerebro, en el cual los receptores del dolor alertan de que determinado estímulo puede dañar un tejido. Los miembros del proyecto están ampliando investigaciones anteriores con el objetivo de estudiar el efecto antinociceptivo (es decir, reductor de la sensibilidad al dolor) en un modelo de inflamación crónica. Como modelo más adecuado para este estudio se eligió uno de artritis reumatoide. Los investigadores de Inflammationpain se han centrado en el papel de las lipoxinas y las resolvinas en los mecanismos de inducción del dolor, empleando para ello un modelo basado en el carragenano (un alga roja) y otro de artritis inducida por anticuerpos contra el colágeno (AIAC), así como cultivos celulares. Hasta el momento, los estudios han demostrado que la resolvina E1 (RvE1) y la resolvina D1 (RvD1) alivian el dolor inflamatorio en modelos de dolor tanto transitorio como de larga duración. Estos mediadores tienen por lo tanto un gran potencial como fármacos contra el dolor. Sólo se detectó expresión de los receptores de RvD1 y de lipoxinas en los astrocitos de la médula espinal, mientras que el receptor de RvE1 (ChemR23) únicamente se expresa en las neuronas. Estos resultados se verificaron en ensayos realizados con ratones, ratas y tejidos y células de origen humano. Los resultados indican que RvD1 y las lipoxinas alivian la transmisión del dolor mediante mecanismos diferentes a los que emplea RvE1. Próximamente, el equipo del proyecto Inflammationpain pretende estudiar si las lipoxinas y las resolvinas se sintetizan de manera endógena en condiciones de dolor inflamatorio, así como completar la caracterización de las propiedades analgésicas de estas sustancias. La obtención de nueva información sobre la regulación de la sensibilización espinal y del dolor inflamatorio facilitará la identificación de nuevas dianas para combatir la inflamación crónica.