Una lagartija protege el entorno natural de una isla
El declive o la extinción de la fauna y flora autóctonas pueden perturbar el delicado equilibrio natural existente entre las especies y provocar profundos cambios en los ecosistemas, máxime cuando se trata de paraísos de biodiversidad como las Islas Baleares, situadas en el Mediterráneo occidental, cuyo reducido tamaño las hace especialmente vulnerables. El proyecto Disloop («Patrones espaciales de alteración de las interacciones planta-animal desde una perspectiva de población dinámica») aportó información novedosa sobre las consecuencias para el ecosistema de la interrupción de la relación entre una planta y la única especie encargada de dispersar sus semillas. Los investigadores estudiaron los resultados de las interacciones entre una especie amenazada de arbusto llamada Daphne rodriguezii Teixidor y la lagartija frugívora Podarcis lilfordi (Günter 1874). Analizaron dos poblaciones de plantas; una compartía hábitat con el reptil y la otra crecía en una zona no habitada por éste. El equipo trabajó con la hipótesis de que las actividades de dicho reptil afectaban directamente a la distribución geográfica del arbusto, para lo cual introdujeron los resultados de experimentos empíricos en sofisticados modelos informáticos. Diseñaron modelos de calidad de hábitat para ambas poblaciones de plantas que caracterizaban el paisaje desde el punto de vista del arbusto y de la lagartija. Con estos modelos se pretendía identificar los principales factores que influían en la estructura del hábitat y la actividad de la lagartija, así como predecir la presencia de plantas adultas y jóvenes. El estudio llevado a cabo en el marco de la iniciativa Disloop aportó gran cantidad de información respecto a los efectos a medio y largo plazo de las alteraciones en las interacciones entre especies, la conservación de especies amenazadas y la protección de los ecosistemas vulnerables.