La unión de las bacterias permite su supervivencia
Las bacterias de agua dulce desempeñan un importante papel en la degradación del carbono orgánico, la principal fuente de alimento para los microorganismos acuáticos. Su abundancia depende tanto de factores relacionados con niveles inferiores de la cadena trófica (factores bottom-up), entre los que están la disponibilidad de nutrientes y sustratos, como de factores debidos a niveles superiores de la misma (denominados top-down), entre los que se incluyen los depredadores que influyen en la composición de las poblaciones bacterianas. Las bacterias han desarrollado una serie de estrategias con el fin de maximizar su capacidad para competir por los recursos y resistir la depredación. Los científicos del proyecto Complex («Dinámica de comunidades y cambios fenotípicos en las bacterias límnicas relacionados con la manipulación experimental de factores bottom-up y top-down») estudiaron las bacterias del Lago de Zúrich, en Suiza. Los investigadores evaluaron el impacto de la depredación en la composición y la versatilidad metabólica de diversos modelos de comunidades bacterianas, así como la respuesta a la presencia o ausencia de depredadores de determinadas poblaciones bacterianas mantenidas en condiciones similares a las naturales. Para ello, determinaron el impacto debido a la introducción de un protista depredador, un competidor resistente o ambos simultáneamente en los cultivos de agua de lago. La presencia del depredador tuvo como consecuencia la reducción de la biomasa total debida a las bacterias, pero produjo un aumento en la diversidad global de especies de microorganismos. Además, los investigadores aislaron cincuenta cepas de bacterias agregantes, capaces de agruparse para formar una masa con el fin de evitar la depredación en un fenómeno conocido como coagregación, y analizaron su capacidad para escapar a los depredadores. Con el fin de estudiar la naturaleza y la importancia de este fenómeno, dirigido a evitar la depredación, los investigadores emplearon técnicas como la citometría de flujo, que permitió detectar la agregación, y la secuenciación de ARNr 16S para la identificación genética de las bacterias. Debido a la enorme cantidad de muestras analizadas, el equipo investigador también desarrolló un software de análisis específico para la interpretación de los datos obtenidos mediante citometría de flujo. Los complejos resultados del proyecto podrían tener importantes implicaciones para todas aquellas áreas de la investigación que estudian la supervivencia bacteriana. Los científicos del proyecto Complex han logrado detectar por primera vez la cooperación entre diferentes poblaciones bacterianas en un sistema compuesto por especies que aparecen en las aguas naturales, lo que constituye un mecanismo eficiente para la preservación de bacterias poco abundantes. Además, el trabajo en equipo de los microorganismos supone una característica potencialmente importante para evitar el estrés debido a la depredación.