Virus para el tratamiento de enfermedades bacterianas
La nueva normativa de la Unión Europea para garantizar la seguridad alimentaria insta a sustituir por otros métodos los antibióticos utilizados habitualmente para tratar las enfermedades animales causadas por patógenos bacterianos como la salmonella y la campylobacter. Al mismo tiempo, los microorganismos patógenos son cada vez más resistentes a los antimicrobianos utilizados en la producción animal, lo que crea el riesgo de que lleguen a los consumidores a través de la cadena alimentaria. En este contexto, resulta perentorio encontrar regímenes alternativos a los antibióticos que se administran actualmente. La terapia con bacteriófagos está surgiendo como una alternativa viable para solucionar este problema. El concepto se basa en la especificidad de los bacteriófagos para matar ciertas cepas de bacterias y en que no provocan infecciones ni en los animales ni en las personas. El tratamiento de los animales con fagos específicos podría pues eliminar, o al menos reducir, los agentes patógenos responsables de la mayoría de las enfermedades humanas que se transmiten a través de los alimentos, a saber, la salmonella y la campylobacter. Los socios del proyecto financiado por la Unión Europea Phagevet-P («Terapias veterinarias con fagos como alternativa a los antibióticos en la producción de aves de corral») se propusieron evaluar la posibilidad de utilizar los fagos como alternativa a los antibióticos en la producción avícola. Como primer paso, los investigadores del proyecto aislaron, a partir de aguas residuales y canales de aves, diversos fagos que presentaban actividad contra la salmonella y la campylobacter y los caracterizaron. A continuación, los probaron frente a un grupo de aislados clínicos y de alimentos de Salmonella enterica serotipo Enteritidis, Campylobacter coli y Campylobacter jejuni. Los análisis realizados tras administrar in vivo el fago por sonda oral o incorporarlo a los alimentos de las aves mostraron una reducción media de dos veces en campylobacter y tres veces en salmonella. Basándose en los resultados in vivo, los miembros del consorcio propusieron administrar el fago un día antes del sacrificio de los animales de cara a minimizar el riesgo de desarrollo de resistencia a los fagos y lograr la máxima eliminación de patógenos posible. El enfoque Phagevet-P quedó pues validado como una alternativa viable a los antibióticos y confirma la pertinencia del uso generalizado de bacteriófagos para el control de bacterias patógenas o perjudiciales.