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Translational Adolescent and Childhood Therapeutic Interventions in Compulsive Syndromes

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La señalización del glutamato y la insulina responsable del comportamiento compulsivo

Según unos científicos de la Unión Europea, las concentraciones de glutamato y, curiosamente, la señalización por insulina en el cerebro son la clave para entender el comportamiento convulsivo que muestran las personas con afecciones como el autismo o el trastorno obsesivo compulsivo.

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El equipo del proyecto TACTICS ha identificado algunas de las bases de los trastornos compulsivos en niños y adultos. Se descubrió que la señalización del glutamato y la insulina desempeña un papel en estas conductas, esto permitirá diseñar mejores tratamientos para las personas con trastorno del espectro autista (TEA) y trastorno obsesivo compulsivo (TOC). «El equipo de TACTICS estudia diferentes trastornos compulsivos como el autismo, el TOC, el trastorno por consumo de drogas y el TDAH y plantea la posibilidad de que exista un mecanismo común implicado en la conducta compulsiva como rasgo y compartan factores biológicos de este rasgo», declara Jeffrey Glennon, segundo coordinador del proyecto y profesor adjunto en el Departamento de Neurociencia del Centro Médico de la Universidad Radboud (Países Bajos). Se piensa que el comportamiento compulsivo se origina por una disfunción en los circuitos frontoestriados del cerebro. «Nuestra hipótesis inicial fue que, en estos enfermos, la actividad frontoestriada es mayor, por lo que la concentración de glutamato (principal sustancia excitatoria del cerebro) es demasiado alta en estas regiones cerebrales», afirma el Dr. Glennon. Aumento del glutamato En primer lugar, se analizó la cantidad de glutamato en niños, adolescentes y adultos con autismo y TOC a fin de identificar si variaba con la edad. Se descubrió que así era. A continuación, se analizó en humanos la memantina, un fármaco que bloquea la acción del glutamato y se emplea en el tratamiento del Alzheimer, para ver si presentaba actividad anticompulsiva. El ensayo está aún en curso y tiene previsto finalizar en junio de 2018. «Al examinar niños y jóvenes con problemas compulsivos como el TEA y el TOC descubrimos que presentaban mayor concentración de glutamato en la corteza cingulada anterior y el núcleo estriado. Además, existía una diferencia entre niños, adolescentes y adultos, es decir, la concentración de glutamato era diferente en las distintas edades», explica el Dr. Glennon. Resultado inesperado Sin embargo, las conclusiones del estudio de los factores genéticos fueron sorprendentes. «Se analizó un grupo amplio de datos genéticos procedentes de personas con TOC y se identificó, en lugar de glutamato, insulina», señala el Dr. Glennon. «Pensamos que la señalización por insulina estaba involucrada». Los experimentos con animales mostraron que la manipulación del sistema de señalización por insulina en el cerebro afectaba considerablemente al comportamiento compulsivo. «Si se inactiva el gen más importante de la red de señalización por insulina, los animales muestran un comportamiento repetitivo como ocurre en el autismo o una conducta de verificación como en el TOC», afirma el Dr. Glennon. «Además, presentan tics de la cabeza similares a los que se observan en el síndrome de Tourette». Este descubrimiento parece ser de interés, ya que una proporción elevada de personas con síndrome de Tourette padecen TOC, lo constituye un fenotipo compulsivo que cursa con movimientos involuntarios. El objetivo de TACTICS es estudiar con más detalle los mecanismos de señalización por insulina. «Creemos que seguimos una pista muy interesante», declara el Dr. Glennon. Si se obtiene un resultado positivo en el ensayo clínico con memantina, se podrían sentar las bases para realizar, dentro de unos años, ensayos clínicos de mayores dimensiones para el diseño de medicamentos dirigidos al glutamato. Esto sería una gran noticia para los pacientes y sus familiares. En la actualidad no existe ningún tratamiento para los síntomas centrales del autismo y las opciones disponibles para el TOC, terapia de conducta cognitiva o fármacos como el Prozac, no son eficaces para todo el mundo. «Los comportamientos compulsivos consumen gran cantidad del tiempo y la energía de los pacientes que viven en un estado de estrés y ansiedad diario. Por consiguiente, si logramos reducir estos síntomas seríamos de gran ayuda para estos enfermos», concluye el Dr. Glennon.

Palabras clave

TACTICS, neurociencia, trastornos compulsivos, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno del espectro autista, glutamato, señalización por insulina

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