Las complejidades de la inversión en patrimonio cultural
A menudo la inversión internacional se topa con mecanismos de protección del patrimonio cultural, creando de esta forma dificultades jurídicas y obstáculos que no resultan saludables para ninguna economía. El proyecto INVESTEUCULT, financiado con fondos comunitarios, investigó las dinámicas existentes entre los intereses de los inversores y las políticas en materia cultural, analizó diversas políticas culturales proteccionistas y los límites que estas crean, y estudió diversos casos en relación con este asunto. Más concretamente, el proyecto examinó casos clave de arbitraje entre inversores y estados, y recomendó métodos para superar las diferencias, a la vez que evaluó las políticas comunitarias en relación con la cultura y la inversión. Asimismo, gracias a diversas entrevistas mantenidas con distintas partes interesadas y expertos, pudo destacar cómo los tribunales recurren al proteccionismo cultural y analizó casos prácticos desde dos puntos de vista: el derecho internacional relativo a bienes culturales y el derecho en materia de inversión internacional. Este enfoque multidisciplinario, apoyado por talleres y conferencias, permitió que el equipo del proyecto publicara diversos artículos sobre este tema en revistas de referencia y el libro editado recientemente «Cultural Heritage in International Investment Law and Arbitration». Igualmente, los resultados obtenidos en uno de los talleres del proyecto que abordaba el tema sirvieron para elaborar otra publicación bajo el título «Culture and International Economic Law». En suma, el proyecto y las publicaciones relacionadas con este sirvieron para demostrar cómo los árbitros están teniendo cada vez más en cuenta cuestiones culturales de cara a la protección del patrimonio cultural tanto en tiempos de paz como de guerra. Ello resulta de gran importancia dado que la inversión directa extranjera de la Unión Europea contribuye a la economía global, y la UE se esfuerza por incrementar la seguridad jurídica para los inversores reduciendo la percepción de riesgo para la realización de negocios. Además, la cultura es clave para la integración europea, dado que la UE ha introducido mecanismos jurídicos que incorporan cuestiones culturales a los instrumentos comerciales. En este contexto, el proyecto apostó por incrementar la sensibilización social y política en relación con la protección jurídica del patrimonio cultural y allanó el terreno de cara a promover los derechos culturales, contribuyendo de este modo a la prevención de conflictos y a impulsar el diálogo entre naciones y civilizaciones. Tanto los dirigentes políticos como los gobiernos, los académicos y los inversores podrían beneficiarse de estos conocimientos, y ayudar a alcanzar el equilibrio entre la conservación del patrimonio cultural y el fomento de inversiones que resulten sólidas.