Conducir a los profesionales de la salud a la era post-genómica
El mapeo del genoma humano ha generado una gran cantidad de información. El conocimiento que de ello se deriva, unido a los avances tecnológicos existentes y surgidos a partir de este logro, constituyen un capital extraordinario para los profesionales relacionados con la salud. Los análisis genéticos se han convertido en un medio habitual de diagnóstico de enfermedades y anomalías. La interpretación de los resultados y su notificación a los pacientes constituye una tarea crucial. Teniendo en cuenta que los profesionales sanitarios dedicados a la atención primaria obtuvieron su título mucho tiempo antes del descubrimiento en el campo de la biología antes mencionado, sus conocimientos en genética están siendo puestos en duda. El propósito de GenEd fue estudiar la frecuencia de las actividades relacionadas con la genética en la práctica clínica y elaborar un informe constatando qué aspectos consideraron los profesionales sanitarios como necesario para su formación. En 11 países de la UE se llevó a cabo una encuesta dirigida a los profesionales sanitarios dedicados a la atención primaria. El grupo incluyó médicos generales, matronas, pediatras, obstetras y ginecólogos, que son los que normalmente tratan con los individuos o familias con algún problema de carácter genético. Los resultados pusieron de manifiesto que el nivel de conocimientos de genética estaba principalmente establecido y evaluado por organizaciones profesionales. También se observó una gran variación entre los distintos países y los grupos de especialidades. La comparación de los currículos correspondientes a los estudios previos a la graduación en medicina en diferentes países en cursos de genética reveló una enorme diversidad. La mayoría de los currículos mostraron formación en conocimientos de genética científica/molecular con escasa dedicación a la genética clínica en relación con la salud y la enfermedad. Algunos países impartían cursos de genética clínica sólo a medicos especialistas, mientras que otros no disponían de ningún programa de estudios sobre ningún aspecto de la genética. En tres países las respectivas sociedades nacionales profesionales de genética clínica editaron una serie de competencias esenciales del conocimiento de la genética y de la aptitud necesaria, con el propósito de aumentar el grado de concienciación. Aún queda por saber si la formación en genética de los profesionales de la salud no especializados en genética logrará cubrir las necesidades que se plantean. Es totalmente imprescindible desarrollar una estrategia común en la UE para mejorar el conocimiento y las perspectivas de los profesionales en el campo de la genética y de las nuevas tecnologías. Los socios de GenEd han dado el primer paso en esta dirección.