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Revista Research*eu

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Investigadores de la Unión Europea abordan la contaminación para una Europa más limpia y respetuosa con el medio ambiente

La contaminación nos afecta a todos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Puede ser que a veces no se note demasiado que respiramos aire contaminado, por ejemplo. Sin embargo, la contaminación es, en realidad, la principal causa ambiental de múltiples enfermedades mentales y físicas, así como de muertes prematuras, particularmente entre niños, personas con determinadas enfermedades y ciudadanos mayores. En Europa, la contaminación acústica es el tipo de contaminación del que los ciudadanos se quejan con más frecuencia, aunque la contaminación odorífera también es un problema habitual para muchos. Sin embargo, es posible que la mala calidad del aire sea el desafío medioambiental más urgente en muchos países europeos: según un informe de 2018 de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la mala calidad del aire causa más de cuatrocientas mil muertes prematuras en la Unión Europea (UE) cada año.

«La contaminación nunca debe ser el precio de la prosperidad» (Al Gore, activista por el medioambiente y exvicepresidente de los Estados Unidos)

Desde una perspectiva social, la contaminación en sus diversas formas no afecta a todos por igual. Las personas que viven en áreas más pobres y desfavorecidas tienden a estar más expuestas a los contaminantes, ya que estas zonas a menudo se encuentran cerca de sitios contaminados o de arterias con mucho tráfico. Una investigación ha descubierto que, en comparación con los inquilinos del sector privado o los residentes en viviendas sociales, es menos probable que los propietarios de viviendas estén expuestos a la contaminación. Las personas que viven en zonas socialmente desfavorecidas tienen más posibilidades de padecer enfermedades crónicas, como obesidad, las cuales aumentan la vulnerabilidad a los contaminantes ambientales. Los primeros resultados también indican una mayor tasa de mortalidad por la COVID-19 en comunidades en las que se mezclan pobreza y altos niveles de contaminación atmosférica (aunque, evidentemente, se necesita investigar más para aclarar dichas interacciones por completo). La UE ya cuenta con reglamentos medioambientales estrictas que tienen como objetivo abordar los principales contaminantes para beneficiar la salud humana y preservar la biodiversidad y los ecosistemas saludables, esto último es una de las principales ambiciones de la UE en el marco de su Pacto Verde Europeo de gran calado. En concreto, el nuevo Plan de Acción de Contaminación Cero de la UE, un elemento importante del Pacto Verde, se adoptará formalmente durante la primavera de 2021. Este Plan de Acción tiene como objetivo crear un medio ambiente sin tóxicos en toda la UE mediante el seguimiento, la notificación, la prevención y, cuando sea necesario, la reparación de la contaminación del aire, el agua, el suelo y los productos de consumo. La edición de 2021 de la Semana Verde, que se celebra cada año a finales de mayo y principios de junio, también se centra en el objetivo de contaminación cero. En el número especial de este mes, descubrimos siete proyectos financiados con fondos europeos en el marco del programa Horizonte 2020 que han estado a la vanguardia de los esfuerzos para abordar el flagelo de los contaminantes ambientales, incluidos los contaminantes aéreos, odoríferos, marinos y del agua corriente. Desde aplicaciones innovadoras que ayudan a los ciudadanos a tomar el control para adoptar cambios positivos, hasta sensores vanguardistas y otros dispositivos que pueden controlar y reducir intensamente la contaminación, todos esos proyectos muestran que existen muchas soluciones tecnológicas e imaginativas para abordar un desafío acuciante que nos repercute de verdad, tanto si somos realmente conscientes como si no. Le animamos a que nos comunique su opinión. Puede remitir preguntas o sugerencias a: editorial@cordis.europa.eu.

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